El Ferrari California, considerado uno de los vehículos más preciosos que circulan hoy en día, rinde homenaje al Ferrari 250GT de 1957. Muchos recordamos este California de 1957 como el vehículo que se estrelló en la famosa película Ferris Bueller's Day Off de 1986. Pese a que el California siempre ha sido un vehículo especial, para el 2010 Ferrari hace que sea ultraespecial: es el único Ferrari en la historia del fabricante italiano con un motor delantero V8, a inyección directa, y un techo duro convertible que se pliega y despliega en sólo 14 segundos. A primera vista el diseño parece un poco controversial ya que suscita amores y odios. Ruedas de 19 pulgadas adornan los frenos cerámicos de alto rendimiento. El interior es típico Ferrari con asientos de cuero supercómodos. El tablero es dinámico con funciones tanto análogas como digitales que proporcionan al conductor la fuente de información de todo el vehículo. Lo que me decepcionó fue el sistema de navegación que es el mismo que se usa en productos Chrysler. El timón grueso también lleva un botón que enciende el vehículo, mientras que otro botón permite que el que el conductor elija tres programas de manejo: Confort, Sport y CST que elimina el sistema de tracción. Aunque existen asientos traseros no tengo idea quién pudiera caber en ellos pero la fábrica ofrece la opción de eliminarlos. El tesoro del California es el motor V8 de 4.3 litros que produce 454 caballos de fuerza y 357 libras/pie de torque con el poder transferido a las ruedas traseras vía una transmisión que se usa por primera vez en un Ferrari de siete velocidades de doble embrague. El resultado es que este monstruo acelera de 0-60 MPH en sólo 3.5 segundos y tiene una velocidad máxima de 193 MPH que es sumamente impresionante considerando que el coche pesa 3,915 libras. Manejar el California es pura diversión ya que el rugido del motor y la conexión entre hombre y máquina es lo que esperas de un Ferrari. Sin embargo hay algo de este modelo que no me convence. El sistema de dirección es muy suave y me hace pensar que estoy manejando un vehículo de lujo versus uno deportivo. La suspensión es increíble y se come las curvas sin masticar. Con un precio un precio inicial de casi $190 mil, el California es el más barato en la gama Ferrari. Aunque quizás su precio sea accesible para algunos, todavía me tomará décadas hasta el día en que pueda considerar comprarme uno.