No existe nada mejor para un automóvil de pequeñas dimensiones que estar acompañado de un motor ligero, compacto y poderoso. Estábamos acostumbrados a ver el BMW Z4 con propulsores de seis cilindros, pero esta vez la marca alemana decidió apostar por una nueva generación de propulsores en el roadster. Guardando las proporciones, el nuevo motor de cuatro cilindros que adopta el biplaza repite la receta utilizada en el seis cilindros y el V8 sobrealimentados.
Apelando a la terminología técnica, quiere decir que el 2.0 litros de cuatro cilindros recurre a la utilización de turbocompresor de doble entrada, inyección directa y la tecnología VALVETRONIC. Al sumar toda esta tecnología lo que se logra es un motor con gran brío junto a una gran economía de combustible. Esto significa que con un bloque más pequeño podemos alcanzar cifras de potencia equiparables a las de un V6 y con consumo de gasolina de un cuatro cilindros.
Al momento de estar al volante del Z4 sDrive 28i no se extraña para nada el motor de seis cilindros en línea de aspiración natural de la versión 30i, al que por cierto reemplazará. Esa deportividad y desenvolvimiento ágil se mantiene, es más, me atrevería a decir que el nuevo 2.0 litros turbo otorga un mejor empuje. Reflejo de ello es la cifra de 260 lb/pie otorgados antes de llegar a las 2,000 rpm por parte del cuatro cilindros, contra las 229 lb/pie del 3.0 litros.
Mantiene las buenas cualidades de suspensión, dinámica, ligereza y posición de manejo baja. Cada uno de los 240 caballos de fuerza es accionado por medio de una caja de cambios automática de ocho velocidades. Para reforzar la excelente dinámica de manejo es posible realizar los cambios por medio de paletas detrás del volante; cambios rápidos e imperceptibles son las dos palabras que vienen a mi mente para describir la trasmisión. Incluye también el conocido DSC con tres modos de manejo, en cada nivel; el control de tracción, estabilidad, transmisión y motor trabajan de manera distinta para entregar un óptimo desempeño.Gracias a la implementación del sistema start/stop, la caja de ocho velocidades y la inyección directa de gasolina, el consumo de gasolina se reducirá en un 20% comparado con el motor de seis cilindros en línea.
Por ahondar en detalles técnicos hemos olvidado que poseer el Z4 significa tener dos autos en uno en la cochera. En menos de 25 segundos pasas de un auto cupé a un convertible. En ambas configuraciones se destaca la insonorización dentro del vehículo, la cual por cierto mantiene la calidad de ensamble y materiales a que nos tiene acostumbrados BMW. Tal vez un punto en contra con este y todos los roadsters es el poco espacio en el maletero.
No se puede pedir más a este Z4, motor turbocargado, gallardía de sobra, tracción trasera y la posibilidad de desplegar el toldo en segundos. El precio de esta nueva versión de cuatro cilindros comenzará en los 49,525 dólares.