Nissan hizo en este vehículo algo que pocas marcas se atreven a hacer que es ir contra las leyes de diseño. Rompe paradigmas. No voy a juzgar si es bonito o no, pero mientras más tratas de entender su imagen creo que más lejos estarás de una definición exacta. Solo si puedo decir que si eres de ese tipo de personas que gustan de salir de lo convencional y además te guste sentir determinación una vez que pisas el acelerador, Juke es una opción.
Si bien la imagen roba cámara, el desempeño no se queda atrás; todo es coraje al apelar a su poder. Se sienten eficaces los casi 190 caballos de fuerza que hay debajo del robusto cofre que, junto a una posición más baja de lo habitual en un utilitario y tracción en las cuatro ruedas, deja siempre patente la impresión de estabilidad y gallardía. Aunque una caja CVT impide que esa deportividad que tanto mencionamos cierre con broche de oro las excelentes atributos del tren motor. En el caso de que este tipo de transmisión no sea de tu agrado, Nissan pone a tu disposición una caja manual, que en mi opinión pienso es la perfecta para comandar el motor turbo de cuatro cilindros. Desgraciadamente nos tocó conducir la versión con CVT y así poder exprimir su potencia y sentir cada cambio de marcha. Pero para tener un óptimo consumo de combustible y eficaz respuesta del motor, puedes seleccionar entre tres modos de manejo, Normal, Sport y Eco. Claro que en modo deportivo las 177 lb-pie son más evidentes.
Después de apreciar, conducir y sentir a Juke sobre el asfalto creo que por la relación que existe entre imagen, desempeño y precio este crossover es una excelente opción. No es un hot hatch, pero los caballos de fuerza ahí están y además tiene un fuerte atributo que es el beneficio que ofrece tener un vehículo cuarto puertas y la capacidad de carga, algo que un deportivo dos puertas jamás te brindará.
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