Desde su lanzamiento en 1995, Honda CR-V se convirtió rápidamente en un punto de referencia en su segmento gracias a su práctico tamaño y excelente consumo de gasolina. Nada que ver con los enormes SUVs con glotones motores de seis y ocho cilindros. Todo ello le ha significado a la marca nipona vender más de cinco millones de CR-V en todo el mundo.
A casi 20 años de su aparición Honda tiene a la venta la cuarta generación con varias mejoras en calidad, funcionalidad y otros aspectos como el de consumo de combustible. Y es que una de las principales cualidades de este modelo está en ofrecer las capacidades y espacio de un SUV pero con la docilidad que otorga un sedán.
Haciendo una comparación con la generación anterior existe una reducción de la altura y la longitud, aunque para lograrlo nunca se comprometió el espacio interior. Además ya cuenta con la muy útil apertura eléctrica para la puerta trasera. A pesar de los cambios estéticos es instantáneamente reconocible como un miembro de la familia CR-V. Esta vez la evolución demuestra una carrocería con una estampa más agresiva y aerodinámica. Continua con la tradición de imponer las luces traseras verticales, aunque si se extraña la tecnología LED.
Uno de los puntos fuertes es el eficiente y ergonómico interior. A pesar de su compacta carrocería la habitabilidad es más que suficiente para alojar cómodamente a cinco pasajeros más su equipaje. A pesar de que los paneles de las puertas, el volante y el tablero tienen una nueva imagen, la calidad de los plásticos no parece mejorar. Una vez más queda claro que lo que antes era un lujo cada vez se vuelve en una necesidad. Lo decimos por el más común aparición de la cámara de reversa en un segmento donde antes era imposible. Llama la atención que este sistema viene de serie en todas las versiones de CR-V, así como el puerto USB y la conexión Bluetooth.
CR-V ha sido siempre uno de los SUV más eficientes del mercado y los ingenieros de Honda han trabajado sin descanso para poner a punto todos los aspectos de la cuarta generación. Es así que consiguieron una reducción significativa en el consumo de combustible y las emisiones de escape. Por desgracia tendrás que decidir si deseas un gasto de gasolina mesurado o un SUV más enérgico. Si vemos a sus rivales muchos de ellos ofrecen motores más potentes y transmisiones con más velocidades que las que ofrece CR-V con su caja de cinco marchas. Así que si buscas un utilitario para el día a día y tu objetivo principal es el ahorro de dinero al no despilfarrar en gasolina este modelo con motor de 2.4 litros y 177 caballos de fuerza es la opción.
Para ahorrar más combustible del requerido por el cuatro cilindros Honda implementó el modo de manejo ECON, que altera el mapeo del sistema de aceleración para relajar el torque y la ingesta de gasolina. Además, se altera el funcionamiento del control de velocidad y el sistemas de aire acondicionado con el único fin de ahorrar.
Otra de las mejoras es la sustitución de la dirección hidráulica por una asistida eléctricamente. Es un hecho que la maniobrabilidad se refina considerablemente, la retroalimentación es más de la debida. Lo anterior combinado con el sistema 4WD otorga un excelente desempeño en el camino. Asimismo todo es más seguro gracias a que la tracción integral detecta si las ruedas giran más rápido que las ruedas traseras y así nivelar la potencia. Todo lo anterior se convierte en mayor estabilidad y agilidad al conducir en carretera.
No hay duda que la cuarta generación de CR-V se basa en el éxito de sus predecesores. Una vez más los cuatro pilares –funcionalidad, eficiencia y confiabilidad- se hacen presentes solo que de una manera aumentada.