No hay mejor escenario para exigir al máximo las capacidades del SLS AMG de Mercedes-Benz que un autódromo, más cuando se trata de la versión Black Series. Así que acudimos a Rosamond, donde está la Willow Springs International Raceway.
Ubicado a 30 minutos de la ciudad de Los Ángeles, este circuito de 2.5 millas exige la mayor atención, sobre todo cuando en una de sus rectas puedes marcar en el velocímetro 140 mph (225 km/h). Con considerables cambios de elevación y nueve curvas, Willow Springs es una de las pistas más rápidas y difíciles de Estados Unidos. Por consiguiente es un excelente examinador para la variante más extrema del poderoso Alas de Gaviota.
Toda la experiencia sensorial se inicia desde que encendemos el V8 de 6.3 litros de esta versión Black Series. En la historia de Mercedes-Benz, pocos modelos se han hecho acreedores a esta designación que va más allá de emblemas. AMG y el equipo de ingenieros y diseñadores llevan a los modelos Black Series a un nivel superior. Fue en 2006 cuando el SLK55 AMG se convirtió en el primer modelo en llevar el titulo Black Series. Dos años más tarde hizo su aparición el CLK63 AMG Black Series, en tanto que en 2009 se produjo el SL65 AMG Black Series. Después de cuatro años de no ver un deportivo con el nombramiento Black Series aparece el SLS AMG.
Frente a la versión normal, si se puede llamar de algún modo, el SLS AMG Black Series presenta una serie elementos que permiten un manejo más explosivo, sobre todo cuando nuestro destino son los caminos abiertos y curvas cerradas. Vaya que cada una de las labores del departamento de AMG se notan antes de ponerle las manos encima. Con tan solo estar en reposo este Black Series se nota enérgico. Es como si lo hubieran llevado al gimnasio. Pero cada una de la partes integradas a la carrocería tiene una función que es aumentar la estabilidad y aerodinámica del vehículo. En la lista de elementos que integran el cuerpo de SLS AMG Black Series encontramos unas salpicaderas más robustas, neumáticos más anchos, faldones laterales, un difusor trasero, además de un labio frontal. Para compensar la potencia extra se integraron entradas de aire. Ya hemos encontrado el primer aspecto de un Street Legal Car.
Llegó el momento de encender motores para recorrer todo el asfalto de Willow Springs International Raceway. He de confesar en lo personal que en la actualidad uno de los mejores sonidos del escape provienen del ocho cilindros del SLS AMG. Su resonancia grave nos hace recordar a los autos de carrera de los 60. Mercedes-AMG quiso que los puristas y amantes de los autos vinatge deleitaran el oído con un nuevo sistema de escape de titanio que además de hacer más rico el sonido mejora el rendimiento. Faltaba algo importante, el ahorro de peso, que al cambiar el acero por titanio resta 28.7 libras.
En la actualidad ya se habla de tantos superdeportivos con cientos de caballos de fuerza que cuando escuchamos que un automóvil se acerca a los 500 caballos de fuerza pensamos que puede quedarse corto a las expectativas de quienes buscan un vehículo para los track days. Al manejar el SLS AMG con 583 caballos de fuerza quedas más que satisfecho, así que al estar a bordo del SLS AMG Black Series con 622 caballos de fuerza los latidos del corazón también se intensifican.
Una vez que pisas el acelerador sientes el poder en el pecho. No hay demoras como sucede en los motores con turbocargador. Es increíble sentir la explosividad del V8 cuando la aguja del tacómetro marca 6,000 rpm y aun queda más por descubrir. SLS AMG Black Series, además de ser más potente, pierde peso en la báscula por lo que la relación peso/potencia se ve elevada. Una muestra de ello son los 3.5 con los que acelera de 0 a 62 mph (100 km/h). Donde no hay cambios es el torque, 468 libras-pie, pero qué más da cuando estamos ante un vehículo de 3.417 libras.
Mucho se ha hablado y criticado a Porsche por la eliminación de la caja manual en el 911 GT3, pero nadie dice nada de que Ferrari, Lamborghini y en este caso Mercedes-Benz han olvidado el uso de transmisiones robotizadas en sus deportivos. Esta vez la AMG SPEEDSHIFT DCT de siete velocidades responde una manera más eficaz. Con esta puesta a punto, el entrar y salir de las curvas lo hace de una manera más aun eficaz. Para poner a prueba tus dotes de piloto se ofrecen cuatro modos de conducción. Se puede elegir desde un modo Confort hasta el Manual, pasando por el Sport y Sport+. Además de un aumento de la velocidad de desplazamiento, la transmisión también responde más rápidamente a las órdenes del conductor.
Creo que lo más interesante de este deportivo es cuando ve terminadas las rectas para entrar a las curvas. A diferencia del SLS normal, el eje trasero del Black Series equipa un diferencial autoblocante electrónico en lugar del mecánico. Al hacer uso de la electrónica se vuelve más sensible, permitiendo una mejor tracción de las ruedas traseras. Esto, combinado con el ESP de tres etapas, te da la oportunidad de disfrutar de una manera hasta cierto punto pura. Aun con el control de estabilidad desactivado los sistemas nunca te dejan solo. Quien saque de órbita este vehículo es porque ha hecho una verdadera locura.
Ya mencionamos que puedes seleccionar el estilo de manejo por medio de la transmisión y el control de estabilidad, y a esto todavía falta agregar que la suspensión se adapta a las reglas que impongan el conductor y el camino. En un auto de este tipo es necesario que los amortiguadores trabajen de una manera firme al momento de tomar las curvas. Es decir que se requiere la máxima estabilidad en las curvas.
Para decir que un auto está perfectamente equilibrado debe tener capacidad de aceleración, no balancear su carrocería, una dirección firme y un excelente poder de desaceleración. De la misma manera que despega se debe parar. SLS AMG Black Series cuenta con frenos de cerámica que junto al agarre tienden a soportar más el calentamiento originado por el trabajo excesivo y una vez más son partícipes en la reducción de peso.
Si tuviéramos que poner un título a esta obra de AMG lo llamaríamos “éxtasis de poder”.