Después de una breve pausa, el Viper está de vuelta. No es un regate más; Chrysler ha creado la marca SRT para centrarse mejor en los deseos de los aficionados de alto desempeño, y el Viper es el clímax de la deportividad. Es grande y corpulento, deleitándose en su condición de recipiente minimalista para un motor enorme de 10 cilindros.
Mantiene ese don de pureza al momento de ir volante, ya sea en la carretera o en la pista. SRT Viper puede haber sido educado, pero no olvida sus orígenes de bravura. Hablando del diseño, el modelo 2013 luce más esbelto y musculoso que el Viper original. Deja a un lado aquel aspecto cuadrado. Se nota desde cualquier ángulo el gran trabajo aerodinámico que realizaron los ingenieros y diseñadores de SRT, y así ganar en estabilidad e imagen. Existen elementos distintivos como las luces LED, las entradas de aire –laterales y frontales-, así como el techo de doble burbuja. Obviamente que no podemos olvidar el sello de todo Viper, que es el enorme cofre. Es aquí donde visualmente podemos diferenciar la versión “normal” del GTS.
Comparándolo con su antecesor, el Viper 2013 es más ligero. Ofrece una reducción dramática de peso debido a que tanto el cofre como el techo y la tapa del maletero son de fibra de carbono. Así mismo las puertas son de superformado aluminio. En general, el automóvil está a unas 150 libras del modelo anterior. Todo ello hace que se gane en la relación peso-potencia.
Abres la puerta y un ajustado pero deportivo habitáculo te da la bienvenida. Para no causar esa sensación de claustrofobia y mayor comodidad. Por ejemplo, los asientos son delgados y la consola ahora ha sido rebajada. Incluye el equipamiento común en la mayoría de los deportivos de sus clase, como navegador, pantalla táctil, sistema de audio, así como aire acondicionado. Una vez sentado en el asiento del piloto lo primero que observas es una pantalla de 7.1 pulgadas que hace de cuadro de instrumentos y puede ser reconfigurable.
Una vez que enciendes la poderosa maquina y comienzas a dar paso firme comprendes que en verdad se trata de otro vehículo. Aquella fama de que los Viper eran duros, ahora no aparece. Esta vez la conducción es tan relajante que quedas sorprendido. Incluso, no tiene que ser un ex-piloto de Fórmula 1 para poder rodar forma segura este americano. Gracias a la mejora de la rigidez del chasis y a que la suspensión tiene un toque más suave, el andar es más refinado. Eso si se mantiene esa emoción de tener un poderoso vehículo con todo el poder en las ruedas traseras.
Con la introducción del control electrónico de estabilidad (ESC) tal vez pueda causar cierta consternación entre los puristas de Viper que insisten en que no necesitan una niñera electrónica, pero SRT ha calibrado el sistema para que se accione en lo mínimo. Se puede desconectar por completo, si lo deseas. También agrega para más diversión el sistema launch control te deja gozar de manera express los 640 caballos de fuerza contenidos en el V10, mismo que todavía está ensamblado a mano. En el camino, el Viper proporciona emoción al más no poder y si tienes gallardías y espacio puedes llegar hasta las 200 mph. Todavía suena como un camión en la ciudad, pero cuando las revoluciones suben se convierte en un rugido atronador que no es como cualquier otro auto de altas prestaciones en la carretera.
¿Educado y suave? Quizás. Sin embargo, el Viper sigue siendo un coche de 640 caballos de fuerza que se crían para la competición. Todavía responde con violencia, pero con una suspensión más sensible para una conducción suave. Para todo lo anterior hay que pagar cerca de 100,000 dólares.