Aunque la guerra de la velocidad máxima y la potencia ha pasado a segundo plano, todavía existen algunas compañías que participan en ella con impresionantes creaciones, tal es el caso del Koenigsegg Jesko, el sucesor espiritual del auto más rápido del mundo, el Agera R, y que viene con toda la intención de quitarlo del trono.
Lo primero que resalta de este auto no son sus números de desempeño ni la tecnología que utiliza, sino el nombre. Jesko es una de las piezas importantes en Koenigsegg y además es el nombre del padre de Christian Von Koenigsegg, fundador de la ya ultra-famosa marca sueca de hiperautos. El nombre fue revelado junto al auto en presencia de Jesko, quien no sabía que iba a ser llamado así.
Koenigsegg Jesko, un hyperauto sorprendente
Abiertamente no siendo un fanático de las creaciones de la marca, encuentro al Koenigsegg Jesko extremo pero sin ser expectacular. El frente es una versión más radical del que encontramos en el Regera mientras que la parte trasera recuerda al McLaren 570S al mismo tiempo que es abrumada por un alerón montado en el techo.
Según palabras de Christian, el Koenigsegg Jesko es posiblemente el último auto de la marca que no tendrá algún grado de hibridación o que será totalmente eléctrico. Debajo del capó hay una versión mejorada del V8 de 5.0 litros con dos turbos que son alimentados mediante un compresor de aire de 20 litros, eliminando así el turbo lag.
Otra nueva característica del tren motriz es el eje plano que es 11 libras más ligero y permite al auto llegar hasta las 8,500 rpm. En total el bloque es capaz de generar con combustible E85 un total de 1,586 caballos de fuerza y 1,106 libras-pie de torsión disponibles en el rango de 2,700 a 6,170 rpm.
Después viene la transmisión LightSpeed diseñada en casa y que gracias a su disposición con múltiples embragues y carencia de aros de sincronización realiza cambios "casi a la velocidad de la luz".
Con estas características el Koenigsegg Jesko en teoría es capaz de alcanzar las 300 millas por hora (482 kilómetros por hora). Esto sería con una versión de menor carga aerodinámica ya que el alerón gigante genera 800 kilogramos de carga a 155 mph (250 km/h), 1000 kg a 171 mph (280 km/h), y más de 1,400 kg a su velocidad máxima.
No seré muy fan de los autos de Koenigsegg, pero la pasión de Christian Von Koenigsegg en su ingeniería mecánica los hacen extremadamente especiales.
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