Se suele decir que lo único que necesita mantenimiento en los autos eléctricos son los neumáticos, las escobillas del limpiaparabrisas y los filtros de aire de la cabina.
Esta idea no está lejos de la realidad. En comparación con los vehículos a gasolina, los eléctricos requieren mucho menos mantenimiento rutinario durante su vida útil.
Al no contar con aceite de motor ni con transmisiones tradicionales (en muchos casos, ni siquiera tienen una), se eliminan varios puntos de revisión.
Eso sí, siguen necesitando líquido limpiaparabrisas y de frenos. Aun así, los frenos duran más tiempo, ya que el sistema de frenado regenerativo se encarga de gran parte del trabajo de desaceleración.

El costo de mantenimiento de los autos eléctricos vs. los de gasolina
Esto se traduce en un ahorro a largo plazo. Por ejemplo, Ford asegura que los costos de mantenimiento de su F-150 Lightning durante 100,000 millas u ocho años son un 40 % más bajos en comparación con su contraparte a gasolina.
La razón principal es la simplicidad mecánica de los EV.
Los autos a combustión actuales tienen motores complejos con cientos de piezas en constante movimiento. En cambio, los vehículos eléctricos solo tienen rotores de motor eléctrico y algunas bombas para refrigeración y climatización. Todo lo demás, simplemente no existe.
Las baterías están fabricadas para durar al menos lo mismo que el auto, es decir, entre 10 y 15 años, y aunque pueden perder entre un 10 y 20 % de capacidad, eso no las inutiliza.
Hasta ahora, los datos respaldan esta durabilidad, aunque se sigue monitoreando, ya que los primeros EV en Estados Unidos tienen poco más de una década en circulación.
De hecho, algunas baterías están superando las expectativas. Las empresas dedicadas al reciclaje tienen dificultades para encontrar baterías usadas porque muchas siguen en funcionamiento.
Un estudio de Stanford incluso indica que el uso diario en condiciones reales puede beneficiar la vida útil de las baterías más que las pruebas controladas de laboratorio.

Los motores eléctricos
Los motores eléctricos, al igual que las bombas de refrigeración, están pensados para no requerir mantenimiento frecuente y durar tanto como el vehículo.
En cuanto al sistema de frenado, aunque siguen utilizando frenos convencionales, gran parte del frenado lo realiza el motor en modo regenerativo, lo que extiende significativamente la vida útil de las pastillas.
El líquido de frenos, al igual que en un auto convencional, debe mantenerse en buen nivel, y el vehículo alerta al conductor si baja.
Los autos eléctricos también requieren mantenimiento en elementos como neumáticos, limpiaparabrisas, filtros de aire, suspensión, focos y líquidos, como en cualquier otro vehículo.

Los neumáticos: Un punto para considerar
Uno de los pocos aspectos en los que los vehículo eléctrico podrían implicar más gastos es en el consumo de neumáticos. Debido a su mayor peso—hasta 1,984 libras más que un auto similar a gasolina—necesitan llantas más grandes y resistentes. Incluso los SUV eléctricos compactos de GM tienen ruedas con seis birlos, algo común en vehículos de carga pesada.
Además, quienes aceleran con frecuencia para aprovechar la potencia inmediata de un auto cero emisiones pueden desgastar los neumáticos más rápidamente.
Al igual que cualquier auto nuevo, un coche eléctrico puede recibir llamados a revisión. La mayoría de estos son asuntos menores y se notifican directamente al dueño.
La diferencia es que muchos problemas en los autos eléctricos pueden resolverse mediante actualizaciones de software remotas (OTA), algo que también empieza a verse en autos a combustión.
Estas actualizaciones permiten corregir o mejorar funciones como el control del vehículo o la eficiencia energética. Incluso es posible que el fabricante añada nuevas funciones después de la compra (aunque algunas podrían tener costo adicional).
En definitiva, los EV también son susceptibles a verificaciones, pero al tener menos componentes mecánicos y menos partes móviles, hay menos margen para fallas.
Fuente: Car and Driver