Es cierto, Cadillac ya tuvo mejores días, pero también es cierto que de unos años para acá, lo que se ha reconocido como el renacimiento de la división de vehículos de lujo de GM, viene produciendo excelentes resultados y no hay porque dudar que los días que Cadillac tiene por delante bien podrían ser mejores que los gloriosos que vivió en las décadas de 50 y 60. A nadie debe extrañarle, en consecuencia, que productos de la calidad del Escalade y del CTS vengan reconquistando espacios y hasta superando en ventas a sus competidores importados, y en este mismo curso viene también el crossover que hoy nos ocupa: el SRX. De hecho, las ventas de este vehículo, el más sofisticado de los americanos en su segmento, aumentaron 17.7% en la primera mitad del 2011, luego de haber establecido un record de crecimiento del 150% en el 2010.
En el proceso de simplificar su línea de productos, Cadillac ha decidido unificar el motor que impulsa a los crossover y que a partir del modelo 2012 es uno solo, el V6 de 3.6 litros, el más potente del segmento de los crossovers, con 308 caballos, 16% más que el V6 anterior, además de que entrega mucha más torsión a bajas revoluciones, haciendo que la respuesta del vehículo sea mucho más emocionante, en cualquier condición en que se maneje. La transmisión es automática, la Hydra-Matic 6T70 de seis velocidades que ofrece adicionalmente el selector Eco, que permite alterar la rutina de selección de cambión y la progresividad de la aceleración para optimizar la economía de combustible.
Tuvimos oportunidad de conducir esta Cadillac SRX del 2012 en las carreteras cercanas a la localidad californiana de Santa Bárbara y nos sorprendieron particularmente su desempeño emocionante, la respuesta de su dirección y la estabilidad de su suspensión. Pero por encima de todo nos impresionó su pura sangre de Cadillac, en la suavidad de su trasiego y en la sofisticación de todos sus detalles, desde las líneas elegantes de su carrocería hasta los finos acabados de su interior, más refinado pero también mucho más silencioso, gracias a la estratégica aplicación de generosas cantidades de material absorbente de ruidos por todo el vehículo.