La leyenda continúa. No se puede discutir, el proverbial Porsche 911 está más vivo que nunca con la nueva generación que se asoma, que por cierto es denominada 991. El séptimo capítulo se presenta con una imagen más estilizada, pero sin dejar de lado la esencia a la que estamos acostumbrados con este mítico modelo de la casa alemana nacido en 1963.
Conserva las dimensiones compactas, solamente la distancia entre ejes fue alargada 3.9” -10cm- y la altura del vehículo es ligeramente más baja en comparación con el actual 997. Todo lo anterior se reflejará en una mayor estabilidad del nueve-once. En esta ocasión se visualiza un 911 más ancho, gracias a que los característicos alerones son más robustos. Además de que la línea del techo es más baja, la parte trasera con luces de LED se ve mucho más curvilínea que antes. La optimización aerodinámica –que incluye un alerón trasero más ancho y de extensión variable– permitió reducir aún más la sustentación del nuevo 911. En esta séptima parte de la película llamada 911, no solo se gana en estabilidad sino que también ajusta un chasis más rígido gracias a la utilización de aluminio y acero para su construcción. En total son 100 libras las que el 991 perdió en la báscula.
Esta metamorfosis fue más allá de cambios en la carrocería, sino que los diseñadores también se enfocaron en innovar la cabina. Tomando como base el interior del majestuoso Carrera GT, los diseñadores modificaron la altura de la consola central y la palanca de cambios, con lo que otorgan al conductor una sensación de mayor apego al momento de estar tras el volante. Muy al estilo de los autos de carreras. Por lo demás, el ambiente sigue siendo el que nos tiene acostumbrados Porsche en toda su gama de modelos.
Llegó el momento trascendental, hablar de la maquinaria con la que se acciona el 911. Hasta ahora solo se ha dejado entrever la versión de entrada que conocemos como Carrera. Se ofrecen dos motorizaciones: la primera es un motor, obviamente bóxer de seis cilindros, de 3.4 litros substituto del presente 3.6 litros. No por ser más pequeño significa que elimine potencia, sino todo lo contrario. Con cinco caballos de fuerza extra, el Porsche 911 Carrera 2012 se hace acreedor de 350 caballos de fuerza y un consumo promedio de combustible de 34.4 mpg. Actualmente tiene un rendimiento de 25 mpg. Además de diferenciarse por la letra “S”, las pinzas de freno de color rojo y los tubos de escape doble, el Carrera S se distingue por mayor deportividad y rabia. Mantiene el motor bóxer de 3.8 litros, solo que los ingenieros realizaron algunos ajustes en el motor para elevar a 400 caballos de fuerza, 15 caballos de fuerza más. Igualmente se redujo el consumo de gasolina, esta vez son 34 mpg.
Varios factores intervienen para que las emisiones y el rendimiento de combustible se vean favorecidos. Inicialmente la renovada generación 911 adapta el conocido dispositivo stop/start, dirección electromecánica, control térmico y sistema de recuperación de frenado, además de la nueva transmisión manual de siete marchas. Esta caja de velocidades es un parte aguas en el mercado; hasta el momento solo conocíamos cajas manuales de seis cambios.
A la vez que se bajaron las cifras de consumo de combustible, los dígitos entregados por el cronómetro disminuyeron frente a los del 911 Carrera actual. Bastan solo 4.3 segundos para que el Carrera S llegue a 60 mph, presionando el botón Sport Plus instalado en el paquete Sport Chrono el golpe de arranque hace que el reloj baje todavía más, 4.1 segundos. El Carrera con 350 caballos de fuerza no se queda atrás, despega desde cero a 60 mph en 4.6 segundos y en 4.4 segundos con el ya mencionado Sport Plus. Todos los registros se llevaron a cabo en modelos con caja PDK. Pero las perfecciones de la séptima generación no se limitan a un mejor diseño y la reducción de números. Al momento de estar en el volante se distinguirá una conducción más ágil y precisa. Podemos agregar que por primera vez el 911 Carrera S lleva el Porsche Dynamic Chassis Control (PDCC), sistema que reduce la inclinación lateral de la carrocería al tomar las curvas, manteniendo siempre los neumáticos en una posición óptima.
Cuando pensábamos que la perfección literalmente no se podía mejorar, Porsche se puso a trabajar arduamente para incrementar los atributos que han hecho del 911 uno de los autos más divertidos de conducir.