A decir verdad, este BMW X3 de prueba a largo plazo me está dejando con sentimientos contradictorios. Cada día me convence más, desde lo estético hasta el modo en que se mueve en el asfalto. Pero por otro lado sé que es un día menos que estará a mi lado.
Habíamos hablado en otra ocasión sobe el simulacro de compra por Internet y la experiencia de ir a recoger el vehículo a su lugar de manufactura en el estado de Carolina del Sur. A partir de entonces hemos descubierto sus bondades así como algunos detalles a mejorar. Durante estos meses me ha dejado convencido, por encima del diseño y comodidad, por el modo en que se maneja. Respecto a su generación anterior el giro es radical.
Tomas el volante y te olvidas por completo que vas a bordo de un vehículo de 4,222 libras (1,915 kilogramos) de peso. Podríamos mencionar que este SUV tiene espíritu de sedán. Se destaca por su forma de moverse; el famoso rolling chasis luce por su ausencia. Es increíble la capacidad de la gama de motores de BMW. Tanto puede hacer funcionar un sedán como a un miembro de la familia X.
Si deseas un X3 discreto en cuestiones de conducción, la versión XDrive28i es la opción ideal. Pero si compartes los mismos gustos y deseos que yo, un vehículo que tenga un alto desempeño a la hora de acelerar a fondo, XDrive35i es la versión ideal, la misma que tenemos a prueba durante estos 365 días.
A diferencia de la versión de entrada, el X3 en el que hemos estado acumulando millas porta un motor con el sistema Twin Scroll Turbo, el cual potencializa al seis cilindros en línea. Desbocan a la menor provocación 300 caballos de fuerza. Para ello debemos elevar la aguja del tacómetro poco antes de llegar a las 6,000 rpm.
Pero lo que más me ha llamado la atención _además de los caballos de fuerza_ es la manera como empuja. Es impresionante comprobar que apenas tocas el acelerador se activan las 300 lb-pie de torque. Toda una artillería este motor de seis cilindros.
No solo es la maquina de este X3 xDrive35i la que se lleva las palmas. También merece una mención honorifica la transmisión automática de ocho velocidades. Justo en el momento en que debe entrar, la velocidad está allí. En total son ocho cambios los que desmenuzan toda la caballería del seis cilindros.
Este BMW X3 hace mejor trabajo que muchos sedanes que se jactan de tener alma deportiva. Lograr que el velocímetro alcance las 62 mph (100 km/h) no es mayor complicación; solo basta esperar que el reloj avance poco más de cinco segundos para cumplir la misión. Solo como acotación, el día que acudimos por este X3 a las instalaciones de Spartanburg en Carolina del Norte, pudimos comprobar de lo que es capaz en la pista de pruebas. Te podemos decir que las 150 mph (240 km/h) que tiene como máxima son reales. Esto se debe a que incluye el paquete Sport, porque de lo contario se limitaría a 130 mph (210 km/h).
Es recién en el momento de acudir a la estación de gasolina cuando pagas la factura de ser dueño de 300 caballos de fuerza. Mantener el pie pegado en el acelerador tiene su precio. Promediando el consumo de carretera con el de ciudad obtienes un más-menos de 20 mpg (8.5 km/l) . Tuvimos la idea de comprobar la autonomía del tanque de combustible de 17.7 galones (67 litros). Con la aguja del medidor situado en Full tuvieron que pasar cerca de 360 millas (576 kilómetros).
Así cerramos un capítulo más de esta historia llamada X3, que tiene una duración de un año. Hemos completado ya tres meses y la historia continúa.