Saint-Tropez, Francia_ Hace unos días te platicábamos acerca de nuestra experiencia de manejo de la sexta generación del SL de Mercedes-Benz, uno de los roadsters más entretenidos de conducir. Equiparándolo con su antecesor, el nuevo tiene dos pulgadas más de largo y es dos pulgadas más estrecho. En cuanto a las alteraciones en su arquitectura, el nuevo SL fue puesto a dieta para dejar 200 libras, lo que hace que gane en términos de relación peso-potencia. Los ingenieros de Mercedes-Benz se pusieron a trabajar duro para mejorar todos los aspectos; interior, diseño y desempeño. Así generaron un vehículo más enérgico y menos contaminante. De este modo, las siglas SL Super Light siguieron haciendo honor a este automóvil.
Pues bien, esta vez cruzamos de costa a costa Estados Unidos y después todo el Océano Atlántico para llegar al balneario de Saint-Tropez al sur de Francia. Tras miles y miles de millas de vuelo llegamos a ese lugar privilegiado. Nuestra misión: conducir en las bellas carreteras francesas la versión AMG del SL. Si de por sí todos los modelos de Mercedes-Benz son poderosos y de imagen robusta al natural, con el sello del taller alemán las cosas son más sorprendentes, sobre todo en este convertible hardtop.
Imagina estar al mando de este convertible y apoyar el pie derecho sobre el pedal del acelerador; en ese momento eres dueño absoluto del V8 que habita debajo del cofre del germano. Al combinar las dimensiones compactas y bajo peso, el perfomance sobre el asfalto es arrogante. En verdad no encuentro otra palabra para calificar el momento en que entran en acción 530 caballos de fuerza al impulso de las 5,500 rpm nacidas en el ocho cilindro de 5.5 litros. A lo anterior hay que sumar soberbias 590 lb-pie de par motor. Cada una de las cifras mencionadas es desmenuzada por medio de una caja automática MCT de siete velocidades para transmitirla a las ruedas traseras. Más no se puede pedir. Y es que no hemos mencionado que todo el empuje lo sientes en el pecho y en tu cabello. No hay manera tan divertida de despeinarte y observar los bellos panoramas que ofrecen las carreteas europeas, en especial las francesas donde circulamos para relatar esto que les platico.
Volviendo a los números, este SL63 AMG acelera de cero a 62 mph en solo 4.3 segundos. Así de fácil. Cuando menos lo piensas el convertible ha rebasado las 70 mph. Es de no creer que apenas hacen falta 13 segundos para llegar a las 124 mph, y en 26 mph has llegado al límite. Si después de leer esto todavía te parece poco, AMG tiene preparado un paquete que eleva aún más la deportividad. En mi caso considero que es suficiente. Al instalar el AMG Performance Package se ganan 30 caballos de fuerza y el torque se endiosa a 665 lb-pie. Como límite de velocidad, en lugar de 155 mph son 188 mph. Obviamente que al modificar el poder del V8 twin-turbo el reloj se detiene más rápido a la hora de acelerar a fondo.
Como mencionamos al principio sobre la dieta del SL, este AMG pierde otras 200 libras debido al uso de fibra de carbón en ciertos elementos de la carrocería. Junto a la pérdida de masa y más poder, el desempeño es ayudado por una suspensión activa, creación de AMG, en la cual puedes elegir el modo de rigidez. Desacelerar es un tema importante, así que debajo de los rines un enorme sistema de frenos de alto desempeño contiene el desborde de más de medio millar de caballos de fuerza.
Visualmente lleva un kit estético que destaca la imagen. Insignias AMG, spoiler, alerones y faldones laterales se hacen notar en este convertible. Su precio es de 145,800 dólares y su venta comienza en noviembre. Ahora queda esperar el SL65 AMG con 621 caballos de fuerza y 738 lb-pie. Qué manera de festejar el cumpleaños 60 de Mercedes-Benz SL.