Muchos se preguntarán por qué marcas como Mercedes-Benz, Audi, Porsche o en este caso BMW, cada vez que renuevan sus SUV no realizan cambios radicales en cuestión de diseño. Existe un factor fundamental, y es que los clientes de este tipo de vehículos generalmente son conservadores y por lo tanto los fabricantes no acostumbran hacer innovaciones radicales en la imagen de sus modelos. Eso no quiere decir que los utilitarios no estén dirigidos a una amplia gama de clientes, desde aquellos que buscan una camioneta todoterreno, hasta las amas de casa y jóvenes que buscan un SUV con una imagen atractiva.
Sin embargo, ninguna de la marcas alemanas había puesto la mira en este segmento hasta la década de los 90. Fue ahí cuando estalló el boom de los hoy tan codiciados SUV Premium. En 1999 BMW hizo lo propio con el X5, un vehículo que muchos de los que estaban acostumbrados a manejar sedanes de la marca alemana veían con incredulidad. Y es que con la llegada del Mercedes-Benz GL un par de años antes, BMW no se iba a quedar con los brazos cruzados. La frase que dice “el que pega primero pega dos veces” no se aplica en este caso, ya que el X5 se ha convertido en un modelo superior.
Al llegar tarde dos años a la cita, BMW trató de compensarlo inventando un nuevo segmento con el lanzamiento de la X5, que calificó de SAV, que significa Sports Activity Vehicle, una designación que utiliza para todos los vehículos con la designación X. A 14 años de la creación de este segmento la marca bávara ya tiene la tercera generación del X5, modelo del cual ha vendido más de un millón de unidades. A siete años de la aparición del segundo capítulo y dos años de un facelift, BMW decidió que ya era hora de renovar por completo este utilitario.
Frente a su antecesor, el nuevo X5 es 30 mm más largo. Principalmente este crecimiento es para dar cabida al V8 de 4.4 litros. Tal vez a primera vista no detectes los cambios de la carrocería, pero si lo haces a detalle te darás cuenta de la serie de innovaciones que además de relucir cada centímetro del cuerpo ayudan a mejorar la aerodinámica del vehículo. Podemos destacar que este X5 es el primer modelo X en adjudicarse tomas de aire, que se encuentran ubicadas en las salpicaderas delanteras. El nuevo BMW X5 también tiene el mejor coeficiente aerodinámico de su segmento.
Pero más allá de la renovación estética, BMW se preocupó más por crear un vehículo con una conducción superior. Con 2,175 kilogramos marcados en la báscula este nuevo X5 es el modelo de menor peso en su categoría gracias al uso de materiales altamente resistentes en la estructura de la carrocería, termoplástico en las placas laterales, aluminio en el cofre y magnesio en el soporte del tablero de instrumentos.
Cavernoso es el calificativo que describe a la perfección el interior del X5. En términos de la posición de conducción, se consigue la combinación típica de un SAV de BMW, lo que significa que se puede disfrutar de una posición de manejo alta junto a una sensación deportiva. A pesar de que la segunda generación se destacaba por su amplitud, BMW no quiso pasar por alto este tema y agrandó el espacio de la cabina para mayor confort de los tripulantes de la fila trasera. Cuenta con una mayor versatilidad gracias a que el respaldo de los asientos posteriores es abatible en relación de 40:20:40. Esto permite que el volumen del maletero pueda pasar de 650 a 1,870 litros. Comparado su antecesor gana 30 litros.
Esta nueva versión cuenta con una gama de innovadores sistemas de BMW ConnectedDrive como el BMW Head-Up Display con espectro de colores completo e indicación de nuevos contenidos. Asimismo equipa sistema de visión nocturna BMW Night Vision con detección de personas y animales, así como con haz de luz dirigible Dynamic Light Spot; advertencia de cambio de carril y asistente para la maniobras de estacionamiento. Si eres amante del audio alta fidelidad esto te interesará ya que de serie el sistema de sonido es Harman Kardon y como opción está el Bang & Olufsen con un amplificador de 1,200 watts y 16 bocinas.
Dentro de la ciudad no vas a utilizar los cinco segundos con los que acelera de 0 a 100 km/h, pero este poder te permite aprovechar de manera extraordinaria los huecos formados en el tráfico. Tal vez uno de los puntos flacos de la segunda generación y que fueron mejorados para cerrar más la contienda con Porsche Cayenne es la manera en como toma las curvas. Ahora se siente un vehículo más estable. Gracias a la rigidez del chasis, el trabajo de la suspensión y el sistema xDrive la palabra subviraje no aparece en el vocabulario del conductor. Cuando se llega al limite, entra al quite el DSC para mantener todo bajo control.
En línea recta es donde podemos llegar a los números rojos del tacómetro y con ello extraer los 450 caballos de fuerza y 479 libras-pie de torque. Y con un camino descubierto por qué no alcanzar en octava velocidad su máxima de 250 km/h. Es como tener dos autos en uno. Puedes disfrutar de un manejo similar al de un Serie 5 pero con las dimensiones dignas de un SUV. Por ello, el X5 es un buen compañero para los viajes largos, ya que combina todos los ingredientes necesarios: excelente aceleración y un interior admirable.
Por donde se le mire, este X5 ha evolucionado. Se ha refinado y sabe cómo tratar las múltiples necesidades. Es capaz de manejar en el asfalto o fuera de él, direcciona con mucha confianza y frena de la misma manera.