Si vives en la costa no hay nada como tener en la cochera un convertible. Este tipo de vehículos cada día toma más auge. Vienen en todo tipo de tamaños y con diferentes motorizaciones. Están los compactos japoneses, los muscle cars americanos, los finos ingleses, los exclusivos italianos o bien los deportivos y dinámicos alemanes.
Es así que pusimos a prueba esa deportividad y dinamismo germano por medio del Mercedes-Benz Clase E 550 Cabriolet. Manejar un auto con el techo replegado o guardado en la parte trasera es algo especial. Desde escuchar el rugido del motor hasta sentir los rayos del sol o la luz de la luna sobre el rostro.
Aunque pareciera que solo es intercambiar techos para tener listo un cupé en vez de un convertible, no es así. Arquitectónicamente todo cambia, por lo que se deben realizar ciertas adecuaciones en el chasis para que no se pierda la estabilidad que se tiene sin la estructura superior del vehículo. Teniendo como referencia el Clase E sedán, tomamos el volante de la versión convertible con un motor V8.
Si bien estéticamente se nota el techo de tela, la conducción es idéntica. Aunque ya que tocamos este tema hubiéramos preferido un techo duro en vez de la clásica lona. Si bien las marcas que producen convertibles con este tipo de toldo se defienden argumentando que guardan el clasicismo de los cabriolets, lo menos que esperas en un auto de este precio es un poco más de modernismo, y el Mazda MX-5 es un claro ejemplo de ello.
Muchos reniegan de los convertibles en las épocas frías del año, pero en este caso el E 550 Cabriolet es un auto para las cuatro estaciones. Proporciona el mismo placer de conducción con el techo abierto o cerrado. Esas clásicas turbulencias que se encuentran a altas velocidades en este tipo de autos son imperceptibles, además de que la cabina está perfectamente sellada para mantener una insonorización y temperatura correcta. En menos de medio minuto puedes pasar de tener un cupé a un convertible. Exactamente en 20 segundos la capota se guarda, incluso cuando se conduce a velocidades de hasta 40 km/h. Si el techo permanece cerrado la capacidad del maletero se incrementa en 90 litros para llegar a 390 litros.
Si lo que buscas es emoción por cualquier lado, lo que mejor te queda es el V8. Aquí tienes un bloque de 4.6 litros ejecutado por un par de turbocargadores que hacen una labor más que eficaz. Teniendo en cuenta las dimensiones del vehículo, ir en una recta hasta llegar a los 100 km/h solo requiere menos de cinco segundos. Si bien es un auto explosivo a la hora de dejar pegado el pie sobre el acelerador, la suspensión y carrocería tienen una labor complementaria. Esto lo decimos debido a que al rodar todo es suave. Aunque si deseas ir más allá se puede hacer que el vehículo se comporte de una forma más agresiva solo presionando un botón.
Si de tecnología se trata podemos decir que es de lo más completo en todo aspecto. Cuenta con el innovador AIRSCARF, un sistema de calefacción que suministra aire caliente a través de rejillas de ventilación ajustables debajo de cada reposacabezas delantero. Con tres niveles de calor y flujo de aire sensor de velocidad, ayuda a disfrutar de la conducción en cualquier clima. También equipa el sistema COMAND que pone ajustes de audio, navegación y aplicaciones de Internet.
Para la protección de los ocupantes se destaca el PRE-SAFE que puede detectar una colisión o un vuelco inminentes, y ajustar los cinturones para preparar mejor a los ocupantes en el instante antes de la colisión. Además cierra las ventanas laterales delanteras cuando los sensores del sistema detectan el movimiento lateral que sugiere un posible vuelco. O sea, está preparado para lo inesperado. En los reposacabezas integra un par de barras de alta resistencia, una innovación introducida por primera vez por Mercedes-Benz en 1989. Si los sensores detectan que un vuelco es inminente, las barras antivuelco se despliegan automáticamente al alza en 0.3 segundos para ayudar a preservar el espacio de los ocupantes.