Desde que BMW Group tomó las riendas de MINI decidió no olvidar nunca sus raíces y ampliar la gama de productos. Es por ello que hoy día vemos una gran variedad de modelos con una gran variedad de motores y versiones. Recientemente se han integrado un par de novedosos MINI Coupé y Roadster. Claro que no alcanzarán los niveles de venta del clásico MINI Cooper, aunque el impulso de imagen que trae a la marca es enorme.
En esta ocasión tuvimos en nuestras manos la versión convertible de este diminuto pero poderoso modelo. Y es que la mejor manera de comprobar las habilidades de un vehículo es manejar el tope de la gama. Así fue como el MINI Roadster John Cooper Works fue nuestro durante algunos días.
Para muchos tal vez sea demasiada energía contenida y prefieran mantenerse en la versión S, como sucedió en mi caso, pero una vez que lo tienes enfrente y exprimes toda su potencia jamás querrás bajarte y deshacerte de este juguete. Comparado con el MINI Cooper, el Roadster mantiene casi la misma longitud. A simple vista da la impresión de que este último fuera más pequeño, y es que la caída del techo y sus trazos marcados engañan la vista. Es de costado cuando encontramos el mejor perfil de este Roadster; como auténtico cupé la parte trasera es más marcada y adornada por una serie de elementos que elevan la imagen y aerodinámica de vehículo.
Quizá para algunos sea un auto extraño y para otros sea cool; lo que sí es un hecho es que este MINI roba miradas por donde pases. Debido a que estamos hablando de un cupé, este modelo no pretende más que dar cabida a dos personas. Esto da como resultado tener un montón de espacio detrás de uno. Sin embargo, no podemos pasar por alto el lado oscuro de este MINI Roadster y es la visibilidad, en especial la parte trasera. Desde el parabrisas hasta la parte posterior de los asientos delanteros, la cabina es muy similar a la de un MINI Cooper Convertible.
Con toda la indumentaria y modificaciones mecánicas clásicas de John Cooper Works, se vuelve demasiado rígido y bajo. Tal vez a altas velocidades lo agradezcas pero rodar sobre baches, topes y pavimentos irregulares, por momentos cansa tanta dureza en la suspensión del auto. Pero en campo abierto es como cuchillo en mantequilla. Aceleras y el rugir del motor pareciera que fuera de una cilindrada mayor a los 1.6 litros. Es ágil y ardiente gracias a la relación de su tamaño compacto de 1,250 kilogramos con 211 caballos de fuerza.
Si se trata de rodar a bajas velocidades en los embotellamientos la dinámica es perfecta para hacer frente al espacio reducido. Un tema importante a destacar es el consumo de 13.6 km/l que puede elevarse si tu pie no es inquieto. Tal vez al leer esta cifra te sorprenda. Solo basta ser testigo del modo en que responde en cada momento y cómo baja lentamente la línea del medidor del combustible. No corresponde una cosa con otra.
Este MINI Roadster John Cooper Works es feliz de ser apuntado a las curvas, las devora como de un solo bocado. Aun con todo el poder en las ruedas traseras el británico se comporta de lo más obediente, aun con el clásico torque steer. Tanto el motor como la caja de cambios ofrecen deportividad absoluta.
MINI Roadster John Cooper Works es un auto que no tiene comparación alguna. Existen algunos convertibles de tamaño compacto pero ninguno puede igualar la tradición que existe detrás de un emblema MINI. Por supuesto, el MINI Coupé y Roadster puede envejecer, pero su esencia hará que los años pasen de una manera más lenta. Claro ejemplo es el MINI que desde 1959 sigue siendo y será un modelo para llamar la atención.
Si quieres amplificar tu espíritu deportivo esta es la opción.