1. Soportar el peso del vehículo parado y también resistir las sobrecargas dinámicas que se producen en aceleración y frenado.
2. Transmitir la potencia del motor, los esfuerzos en las curvas, la aceleración y la frenada.
3. Rodar regularmente, de forma más segura y por más tiempo, con el mayor confort de conducción.
4. Guiar el vehículo con precisión, por cualquier tipo de superficie y condición climática.
5. Amortiguar las irregularidades del camino, asegurando el confort del conductor y de los pasajeros, así como la duración mecánica del vehículo.
6. Mantener el mejor nivel de prestaciones durante su vida útil, realizando muchos millones de vueltas por cada neumático.
Fue en 1888 cuando el veterinario escocés, John Boyd Dunlop, inventó los primeros neumáticos inflados . Fijó tubos de goma a ruedas de madera y cubrió los puntos de contacto con lona gruesa. Montó estos primeros neumáticos en un triciclo e hizo un viaje de prueba, donde no se presentaron problemas. A continuación, Dunlop sujetó piezas de goma en la lona para evitar el patinaje y probó estos neumáticos en una bicicleta. El resultado fue exitoso y se convirtió en el inicio de los neumáticos.
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