Los neumáticos desgastados con menos de cuatro milímetros de perfil aumentan el riesgo de aquaplaning, en tanto que la presión de inflado adecuada prolonga la vida útil, reduce el consumo de combustible y ofrece un mayor confort de conducción.
Los neumáticos ahorradores
Una forma de tener los neumáticos en un óptimo estado, se debe de conducir de manera tranquila, sin realizar aceleraciones y frenadas bruscas. Con ello el desgaste de los neumáticos no será tan prematuro.
Otro consejo es no adquirir neumáticos de contrabando, los cuales en mayoría provienen de China. Esta comprobado que ante la mala calidad la distancia de frenado es mucho mayor, además de que la probabilidad de sufrir una avería es mucho mayor.
Para garantizar la máxima seguridad de sus neumáticos, se debe comprobar con regularidad el desgaste, la presión del aire y profundidad del dibujo. Bajo cuatro milímetros la profundidad del dibujo de los neumáticos ya no es seguro en caso de lluvia, ya que su agarre en mojado y resistencia al aquaplaning se reduce considerablemente, lo cual va en contra de su integridad.
Seguridad
Con neumáticos gastados el famoso hidroplaneo comienza a una velocidad de 47 mph (76 km/h), con neumáticos nuevos, mientras que llantas nuevas inicia a 60 mph (96 km/h). Esto se aplica a una profundidad de dibujo inferior a 1,6 milímetros y cinco milímetros de agua en el camino.
Para compensar el desgaste, se deben cambiar los neumáticos delanteros al eje trasero ruedas traseras y viceversa.
Comodidad
Tener la presión de aire correcta no sólo recae en la seguridad, durabilidad y economía de combustible, sino también en el confort de conducción. Así como una presión baja origina que se desgasten más rápido las ruedas y se consuma más gasolina, cuando la presión es demasiado alta, también es perjudicial.
Si se desea ahorrar combustible, se deben elegir neumáticos con baja resistencia a la rodadura como sea posible, los cuales pueden ahorrar hasta 50 litros de combustible al año.