Uno de los principales argumentos por los que se pensó en llevar el Rolls-Royce Wraith 2014 a un circuito es que este modelo es el más poderoso en toda la historia de la marca inglesa. Junto a su imagen corpulenta despliega una superflua dosis de potencia. Un 12 cilindros con doble turbo arroja 624 caballos de fuerza con los que la carrocería de estilo fastback funciona de manera explosiva.
Este modelo es un biplaza basado en el Ghost, así que con esta figura no hay duda alguna de que nuevo automóvil es el más deportivo creado por Rolls-Royce. Eso sí, Wraith en ningún momento olvida su origen. No renuncia a características clásicas como las puertas de apertura a la inversa y los acabados interiores.
En esta ocasión fuimos hacer algo que muy pocas personas hecho en su vida, se trató de manejar en una pista de carreras un Rolls-Royce, ¡si un Rolls-Royce Wraith 2014! Pero ¿a quién se le pudo haber ocurrido semejante idea de poner un automóvil de este tipo en un autódromo? La respuesta es sencilla a sus creadores.
Antes de tener esta peculiar experiencia manejamos de Los Ángeles la pista The Thermal Club por casi 200 millas. Esta pista privada de 4.8 millas se ubica muy cerca de Palm Springs, California, uno de los lugares con más millonarios per capita no sólo del estado, sino de todo Estados Unidos. Los creadores de este autódromo pensaron que sería una buena idea tener un lugar para que los acaudalados pudieran exprimir la potencia de sus súper autos.