El Test Drive extremo bajo la lluvia con la Nissan Qasqai (Nissan Rouge, en Estados Unidos) somete a los vehículos a una lluvia a presión con 6,340 galones de agua en solo 15 minutos.
Y es que nadie pensaría en meter una crossover a una lavavajillas, pero esto es exactamente lo que hace Nissan con cada nuevo modelo que lanza al mercado.
Naturalmente, no se puede poner una crossover real en un lavavajillas… por esto, el Centro Técnico europeo de Nissan tiene una versión a escala que puede alojar un vehículo de tamaño normal.
Primero, se rocía el exterior del vehículo con miles de litros de agua desde todos los ángulos.
El proceso va acompañado de una minuciosa inspección para asegurar la máxima calidad del sellado.
También conocido, por razones obvias, como Test del Monzón, se realiza diversas veces durante el desarrollo de ingeniería de todos los autos, crossovers y SUVs en toda la variada gama de Nissan.
Test Drive extremo bajo la lluvia
Para empezar, se arrojan 6,340 galones (24,000 litros) de agua sobre el vehículo. Durante el intervalo más impresionante, se precipitan más de 264 galones (1,000 litros) en solo 15 minutos, el equivalente a un metro de lluvia.
Los ingenieros de Nissan, ubicados en las instalaciones avanzadas de Cranfield, Reino Unido, podrían haber hecho que este ensayo estuviera totalmente automatizado. Pero el carácter riguroso del programa de desarrollo, así como la situación global del clima mundial, implica un nivel superior de exigencia.
El proceso requiere que los técnicos de Nissan programen el sellado del vehículo con chorros de agua, especialmente diseñados para operar a presiones extremas de 150 bar. Esto es considerablemente más potente que muchas unidades domésticas habituales que operan a 110 bar.
“Otro miembro del equipo permanece dentro del vehículo con un endoscopio de alta definición para observar dentro de los paneles, buscando incluso la más fina gota de agua que pueda penetrar”, dijo Carl Sandy, uno de los ingenieros de Nissan que ha ayudado a desarrollar las duras normas de ensayo. “Tal es la atención por el detalle, el equipo de Carl es capaz incluso de desmontar completamente el interior para confirmar que no penetra nada de agua”.
Una tormenta de casi 8,000 galones
Durante todo el programa, el test del monzón y el del lavavajillas, se emplean hasta 7,925 galones (30,000 litros de agua). Esto equivale a más de 2.000 veces la cantidad de agua empleada en un ciclo de lavavajillas doméstico corriente.
Esta cantidad de agua puede parecer un despilfarro, por ello es fundamental que ni una sola gota vaya al desagüe. Se pasa a un depósito gigante, preparado para rociar al próximo vehículo que entre en la cámara. El reciclado de agua es tan importante como asegurar la permeabilidad de sus vehículos.
Las normas de ensayo de Nissan son adecuadas para el clima habitual de Europa Occidental, pero también son lo bastante exigentes para ambientes o usos más extremos.
“Un test riguroso es importante porque no todos los mercados son iguales. Por ejemplo, en Rusia, los chorros limpiadores de las instalaciones de lavado actúan con una presión superior para hacer frente a la suciedad de las carreteras y pistas de la zona”, agregó Carl. “Nos aseguramos de que nuestros vehículos superen las necesidades de conducción más exigentes de toda Europa mediante la evolución continua de las normas de ensayo”.