Aunque no estemos en plena época de lluvias, nunca falta una tormenta sorpresiva, y más nos vale conocer los mitos y verdades de los limpiaparabrisas, porque el invierno ya está a la vuelta de la esquina.
Primero hay que explicar la importancia de los limpiaparabrisas. El limpiar bien los cristales del auto es tan importante como llevar, o no, las luces encendidas por la noche. Así que bien vale la pena poner mucha atención en este punto.
Hay que lubricar las gomas de los limpiaparabrisas. Mito. Nunca hay que ponerle ningún tipo de lubricante a las gomas (plumas, hules, cauchos) porque corremos el riesgo de engrasar todo el cristal con apenas unas gotas de lluvia.
Mejor comprar repuestos originales. Verdad. Hay ofertas de hules o de limpiaparabrisas completos y que no son de buena calidad. Más vale ir a alguna refaccionaria (tienda de repuestos) y hacerse de unos originales.
Si dejan raya, ya no sirven. Mito. Muchas veces, al no limpiar bien los hules del limpiaparabrisas se generan algunas pequeñas rayas. Solo hay que pasar un trapo limpio por la goma y listo.
Duran mucho tiempo sin cambiar. Verdad. Pero hay que considerar que luego de una época intensa de lluvias, bien habría que considerar un par de piezas nuevas.
Mitos y verdades de los limpiaparabrisas
Le afectan los cambios de clima. Verdad. El sol diario, el polvo y la lluvia son elementos que terminan rápido con la vida útil de las gomas. Si podemos aparcar nuestro auto en la sombra, siempre ayuda.
El hule es nuevo, pero raya. Mito. Puede ser que solo esté mal colocado. Hay que verificar que todas las pequeñas pestañas que lo sujetan estén en su lugar.
Preferible usar líquido especial para limpiaparabrisas que solamente agua. Verdad. Esos líquidos son especiales y lo que hacen, además de optimizar la limpieza del cristal, mantienen la goma de los limpiadores en el mejor estado posible.
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