Cortesía Ruedas ESPN
Las 400 Millas de Ford, carrera final de la Copa Sprint de NASCAR, no podría haber sido más emocionante ayer domingo en el autódromo de Homestead. Los dos únicos pilotos matemáticamente capaces de ganar la temporada llegaron al sur de la Florida separados por apenas tres puntos.
Al concluir las 267 vueltas, Tony Stewart ganó la carrera y el campeonato quedó empatado en puntos, pero como había ganado cinco carreras en el año, todas en la post-temporada y Edwards apenas una, la tercera de la serie en Las Vegas; Stewart acabó coronándose campeón por tercera vez, convirtiéndose en el primer piloto dueño de equipo que gana la copa desde Alan Kulwicki en 1992.
Las cosas no comenzaron muy bien para Stewart, quien luego de dos banderas amarillas y un choque en la parte delantera de su Chevrolet en las primeras vueltas, quedó relegado a la cuadragésima posición. Ya en la vuelta 36, Edwards le llevaba 20 puntos de ventaja. Pero un aguacero hizo detener la carrera por más de una hora cuando faltaban 158 vueltas.
Cuando se reanudó la competencia, a las seis de la tarde y con las luces de la pista encendidas, Stewart se lanzó a la recuperación de la ventaja concedida hasta volver al frente con una serie de maniobras por demás audaces, dejando atrás hasta tres o cuatro carros al mismo tiempo. De hecho logró pasar 118 carros a lo largo de toda la prueba, hasta cruzar la meta empatado con Edwards, cada uno con 2,403 puntos. La emocionante carrera de ayer en Homestead puso fin además a la racha de cinco títulos consecutivos del piloto Jimmie Johnson.