En Suiza celebran la vida de un hijo ilustre de ese país, Louis-Joseph Chevrolet, y también los 100 años de la legendaria marca automotriz que lleva su apellido. Más de mil vehículos Chevrolet, junto con sus propietarios, se dieron cita recientemente en la ciudad natal de Chevrolet, La Chaux-de-Fonds. Los carros llegaron de todas partes de Europa y hasta de otros continentes, dijo el organizador del evento, André Rochat; el más antiguo de los que vinieron fue un Chevrolet 490 de 1914. Louis Chevrolet fue un extravagante y exitoso piloto de carreras que prefirió retirarse de la compañía que fundó cuando dejó de producir automóviles grandes y elegantes para dedicarse en 1915 a la producción de una línea de vehículos más pequeños y económicos, conocidos como los Little. Louis Chevrolet fundó entonces otra compañía automotriz, Frontenac, que a pesar de ingentes esfuerzos nunca llegó muy lejos; murió prácticamente en la ruina y el olvido, en Detroit en 1941.