Es muy probable que ningún auto tenga una historia tan trascendental y al mismo tiempo tan cercana a tanta gente. Es cierto, hay autos llenos de historia y pergaminos, están los Ford Modelo T, los Duesenberg y tantos que serían sin duda valiosas piezas de museo y, como dice el famoso comercial de la tarjeta de crédito, no tienen precio. Pero entre todos esos vehículos históricos hay uno que a lo largo de más de medio siglo tocó los corazones de millones de ciudadanos de todo el mundo. Se trata del inmortal escarabajo de Volkswagen, el mismo que diseñara el genial Ferdinand Porsche a pedido del gobierno alemán en los oscuros años de finales de la década de los 30. Ningún auto ha sido fabricado por un lapso más largo, entre 1938 y el 2003. Con ese mismo diseño original, motor trasero de 4 cilindros horizontalmente opuestos refrigerado a aire, se fabricaron más de 21 millones y medio de unidades en Alemania, Brasil y México. Los primeros que llegaron a los Estados Unidos vinieron en 1949.
Para reemplazar semejante ícono llego en 1998 el New Beetle, que se convirtió de inmediato en un campeón de ventas, gracias al legado que traía, debidamente mejorado con un diseño más moderno y tecnológicamente más avanzado. Pero como todos los ciclos en la vida, este también tendría que concluir y es así como llega, maravillosamente reinventado, un nuevo Beetle, el de la tercera generación y al que, por paradójico que parezca, fue necesario quitarle la palabra New para no confundirlo con el modelo viejo. Inicialmente llega a los Estados Unidos en dos modelos, el Beetle y el Turbo, pero ya se espera con ansias la llegada del TDI® Clean Diesel que ya se anuncia como el Beetle más eficiente de la historia en lo que se refiere a consumo de combustible.
En principio, el Beetle llega con dos motorizaciones, la básica –por llamarla de alguna forma- con un 5 cilindros de 2.5 litros, que entrega 170 caballos de potencia y 177 libras por pie cuadrado de torsión, acoplado a una transmisión automática de seis velocidades. El rendimiento es de 22 millas por galón en la ciudad y 29 en la autopista. El motor turbo es de 4 cilindros y 2.0 litros, con 200 caballos de potencia y 207 libras por pie cuadrado de torsión, que cuando se acopla a la transmisión DSG® de doble embrague y seis velocidades, rinde 22 millas por galón en las calles y30 en las carreteras. Más adelante estarán disponibles transmisiones manuales, de 5 cambios con el motor 2.5 y de seis con el turbo.
No fue fácil la tarea de los diseñadores que tuvieron que ingeniárselas para desarrollar una interpretación moderna del Beetle, el de ayer y el de antier, pero además integrándole los más recientes avances tecnológicos y sobre todo, los aditamentos más sofisticados de seguridad, sin descuidar que es imperativo que tenga esas características del manejo que definen inequívocamente la marca Volkswagen. El Beetle de hoy es 3.3 pulgadas más ancho y eso ayuda en el manejo, es media pulgada más bajo y eso lo hace ver más agresivo, y es 6 pulgadas más largo y eso lo otorga un espacio interior más amplio. Estas modificaciones, al igual que ruedas de 17, 18 y hasta 19 pulgadas, lo hacen lucir indudablemente más potente y más dinámico.
A primera vista y comparando el New Beetle que se va con el Beetle que llega, uno pensaría que al reemplazar el techo tipo catedral por uno más achatado y deportivo, el espacio interior se vería disminuido, pero sucede todo lo contrario porque pasó de 81 a 85 pies cuadrados y eso se traduce en casi media pulgada más para la cabeza en los asientos traseros, casi dos pulgadas más para las piernas y dos pulgadas y media más para los hombros en las sillas delanteras. Si algo tenía condenable el New Beetle era la limitada capacidad para el equipaje. Eso cambió radicalmente y el Beetle de ahora dispone de 15.4 pies cúbicos de volumen en la cajuela y casi 30 pies cúbicos con las sillas traseras plegadas.
Al entrar el Beetle del siglo 21 uno se lleva la impresión de que el tiempo ha dado marcha atrás. Las formas y el uso del color en el panel de instrumentos recuerdan cabalmente al primer escarabajo y la memoria se hace más sólida con los tres relojes del tablero, tacómetro, velocímetro y lectura del nivel del tanque de gasolina, estratégicamente ubicados al frente del conductor. Otro detalle que recuerda vivamente al famoso antecesor es la nueva guantera, que lleva el nombre en alemán de Kaeferfach y que no es otra cosa que la gaveta tradicional del clásico escarabajo. Hasta ahí la memoria, porque lo que ahora le sobra al Beetle de la tercera generación es tecnología de punta, evidente en sus frenos de disco en las cuatro ruedas y control electrónico de estabilidad, ambos estándar, conexión Bluetooth, sistema de audio Premium de la marca Fender y acceso sin llave con botón de encendido. El precio del Beetle del siglo 21 comienza en los $18,995 dólares y el del Beetle Turbo en los $23,395.