En esta ocasión tuvimos la tarea de descubrir las capacidades del Audi S4. Este sedán es uno de esos vehículos que pueden satisfacer nuestra necesidad de comodidad y al mismo tiempo brindarnos un alto desempeño. Es como tener en el garaje dos autos, el familiar y el deportivo.
Derivado del A4, este deportivo intercambia la A por la S. Para ganar un desempeño feroz al momento de poner nuestro pie derecho sobre el distribuidor de gasolina, el motor de 2.0 litros fue intercambiado por otro de 3.0 litros, igualmente turbocargado. Este V6 se desprende de 333 caballos de fuerza. Antes de manejarlo tenemos la difícil decisión de si optar por una caja de siete velocidades de doble embrague operada de manera automática o adueñarte de las seis velocidades de la transmisión manual. Al final decidimos seleccionar el Audi con cambios manuales con un precio de 49,825 dólares. Definitivamente por muy ágiles que seamos con la mano, para pasar de una velocidad a otra jamás podremos ser más veloces que la caja S tronic. Pero la satisfacción de manejarlo por cuenta propia no tiene precio.
Antes de iniciar nuestra evaluación, ya ubicados en el asiento del conductor del S4, percibimos una configuración similar al modelo del cual desciende. Solo que en esta ocasión el germano recibe algunos toques para elevar su deportivismo. Domina el color negro sobre los gráficos del sedán, con una iluminación de luces LED. Fibra de carbón, aluminio mate, cuero y Alcántara realzan el perfil atlético y de lujo. Ratifican que estamos en un S4 con los sellos puestos en los respaldos de las butacas racing, estribos, palanca de cambios y volante el cual también está forrado en piel.
Tras poner los ojos en los elementos del interior, volteamos nuestra mirada para iniciar con la conducción. Sinceramente mi gusto por las transmisiones manuales nunca terminará, aun con lo que significa conducir un auto de ese tipo en los momentos de embotellamiento y donde difícilmente no pasamos de la segunda velocidad. A pesar de ello esto se compensa al conducir sobre carreteras repletas de curvas donde hay que realizar constantemente cambios de marchas. No hay duda de que existe una sensación de mayor control. Sumado a lo anterior el S4 ya sea manual o automático se percibe con mucha estabilidad, gracias al famoso sistema de tracción integral quattro. Conforme avanzábamos en nuestro andar, las curvas aumentaban constantemente. A pesar de provocar al vehículo con el volante o cambiando de velocidad para que el sedán hiciera un giro extraño, jamás lo logramos. Todo el tiempo se mantiene sólido. No solo es la tracción en las cuatro ruedas la que labora para mantener a este alemán sobre rieles; la suspensión
con rigidez deportiva, control de estabilidad y un diferencial central que gestiona el par motor en cada una de las ruedas son las estrellas del S4.
Solamente basta que el cronómetro cuente 4.9 segundos para que el S4 y sus 325 lb-pie hagan disparar al sedán bávaro a las 60 mph (100 km/h) partiendo desde el reposo. Electrónicamente limitado el velocímetro solo llega a las 155 mph (248 km/h). Claro a que esa velocidad es imposible distinguir si es un A4 o S4. Debido a que las fascias son más robustas en la versión deportiva, el Sport es media pulgada más largo. Es posible también diferenciarlo por la estampa de la parrilla que lleva la firma S4; dependiendo del nivel, Premium Plus o Prestige, podrás elegir rines de 18 o 19 pulgadas con un diseño particular. Aunque debemos decir que el diseño, tanto del A4 como del S4, no es nada atrevido.
Para finalizar, te podemos decir que después de manejar la tercia de ases alemanes, BMW Serie 3, Mercedes-Benz Clase C y este Audi S4, nos pone a pensar por un largo tiempo cuál es el rey. Nos quedamos con la diversión del Serie 3 al ser tracción trasera, de Mercedes-Benz elegimos el novedoso motor de seis cilindros y de este S4 obviamente la tecnología quattro que proporciona un manejo inigualable.