En los años ochenta, Audi introdujo la tracción permanente a las cuatro ruedas mejor conocido como quattro de Audi, y desde entonces este sistema de transmisión se ha desarrollado y puesto en los autos que llevan el emblema de los cuatro aros. Este sistema que ha evolucionado a lo largo de los años ha permitido a Audi establecerse como una de las marcas más importantes del mundo.
Aunque se trata de un mismo sistema, Audi ha creado distintos tipos de tracciones dependiendo del modelo. Por ejemplo para el Audi S1, Audi A3, Audi TT y Audi Q3 se presenta un sistema hidráulico con embrague multidisco que conecta el eje trasero sólo en caso que necesario. En cambio los modelos de con mayor poder presentan un diferencial central autoblocante. Ejemplos de ello son el Audi A4 , Audi A5 , Audi A6 , Audi A7 , Audi A8 , Audi Q5 y el Audi Q7 . Este sistema divide el par en los dos ejes de manera independiente, asegurando en todo momento la mejor tracción posible.
El tercer tipo de tracción en las cuatro ruedas quattro de Audi ha sido desarrollado específicamente para el Audi R8. De hecho, ha requerido un rediseño del sistema global, con el fin de mejorar el placer de conducción, transmite más par motor al eje trasero, mientras que la transferencia a la parte frontal cuando existe perdida de tracción. Estos cuatro sistemas además de variar de un auto a otro, sucede de un motor a otro como la gama S y RS.
Estas son algunas de las ventajas de tener un auto con tecnología quattro
Condiciones ideales de manejo
Si se requiere más tracción - cuando se arrastra un remolque, por ejemplo - quattro ofrece ventajas reales, ofreciendo una mayor fuerza de tracción en proporción al peso del vehículo.
50 por ciento
En condiciones en que los neumáticos sufren tracción - como en un camino mojado - las ventajas de quattro se hacen evidentes de inmediato. Cada vez que una de las ruedas pierde tracción las otras pueden compensar, por lo que el auto se mantiene estable.
Sólo las ruedas delanteras tienen agarre
quattro de Audi ajusta continuamente a las condiciones del camino para distribuir de forma permanente el poder entre las ruedas delanteras y traseras con precisión dónde y cuándo sea necesario. Esto significa que el vehículo permanece receptivo aunque sólo sea uno de los ejes tiene suficiente agarre. Por el contrario, si los vehículos de tracción delantera o trasera ruedas pierden adherencia en el eje motriz, ya no pueden transmitir la potencia del motor.