Conforme pasan los años el mercado automotor evoluciona. Principalmente el segmento de los deportivos es el que mayor progreso ofrece a sus clientes, quienes están ávidos de manejar vehículos de alto desempeño. Uno de los modelos que más ha sabido adaptarse a los constantes cambios es el Chevrolet Corvette. Claro que no todo ha sido miel sobre hojuelas, ya que ha habido errores evolutivos como el que se vio en la tercera generación. De ahí en fuera el Corvette ha sido un automóvil respetable a lo largo de su historia.
En la actualidad, es difícil que un automóvil sea catalogado como auténtico deportivo. Los sedanes y los SUV están entrando en la lucha por la corona. Además, el catálogo se ha ido incrementado. Se ha vuelto una costumbre toparse en las calles con modelos con casi un millar de caballos de fuerza, al grado de que para muchos un 911 o un R8 se vuelven insignificantes. Con todo lo anterior Chevrolet ha tenido que intensificar su imperio para crear una exitosa séptima generación del Corvette. De igual forma el apodo Stingray ha regresado para enfatizar el enfoque del Vette.
Es un hecho que en diseño el nuevo Corvette no demuestra ninguna empatía con su antecesor. Chevrolet se dio cuenta de que este deportivo es un auto para el mundo y no solo para los americanos y con ello creó un vehículo con una imagen que lo pone a la par con los modelos italianos. Aunque eso no quiere decir que haya olvidado sus orígenes. Influido por los Corvette de carrera, la carrocería del C7 cuenta con elementos que aumentan la estabilidad y aerodinámica del Made in Detroit. Para mejorar la aceleración y consumo de combustible varias partes de su cuerpo son de fibra de carbono. Este C7 se puede elegir entre Cupé o Convertible. Para quienes busquen los rayos del sol en la cabeza el techo tiene un panel desmontable también de fibra de carbono que garantiza la ligereza.
Una de las principales quejas de los clientes de la sexta generación era el diseño y la calidad de materiales de la cabina. Así que Chevrolet se puso a trabajar duro y dio un giro de 180 grados en el tema. Tanto la arquitectura como el acabado son dignos de competir con un Ferrari o un Jaguar. Fibra de carbono real, aluminio y cuero se hacen notar en cada una de las partes del interior. En el tema de tecnología, el Chevrolet Corvette Stingray 2014 tampoco se quedó atrás. Ahora integra una pantalla táctil de ocho pulgadas con el sistema Chevrolet MyLink, head-up display y un sistema de audio de 10 altavoces con dos subwoofers. Una vez más la ligereza se hace presente en el habitáculo, muestra de ello son los asientos de magnesio.
Gira la llave y un nuevo V8 ruge con un gruñido que nos indica que las cosas serán emocionantes una vez que presionemos el pedal del acelerador. Bajo el largo y bajo cofre, el motor de 6.2 litros cuenta con sincronización variable de válvulas y el sistema Active Fuel Management de GM. Esto en la práctica nos lleva a un Corvette más eficiente y con más potencia. En menos de cuatro segundos el velocímetro reporta que se han rebasado las 60 mph (96 km/h). Al momento de conducir lo primero que pensamos es qué pasará cuando pongamos las manos en un ZR1. Y es que nunca antes una versión de entrada había entregado tanta potencia como lo hace el C7 con sus 455 caballos de fuerza y sus 460 libras-pie. Esta cifra puede llegar a 460 caballos de fuerza si se adquiere de manera opcional el sistema de escape de alto flujo. Uno de los momentos más difíciles es cuando llega la hora de elegir el tipo de transmisión. No es fácil decidir si la automática o la manual. En el caso de la última tenemos siete cambios en tanto que la automatizada existen seis marchas. Es cuestión de gustos, pero en lo personal elegimos la manual. Tal vez si la automática fuera de doble embrague nuestra elección sería distinta.
Algo que llama la atención es la firmeza y delicadeza con la que toma las curvas. Una suspensión Magnetic Ride Control desempeña un papel fundamental en la estabilidad del vehículo. Nada que ver con el manejo que ofrecía el Corvette C6. Además el nuevo Stingray es más largo y más ancho que antes, lo que supone un andar más sólido. Muchas veces el problema de que un vehículo salga de balance se debe a que el exceso de potencia hace que el piloto entre sobrado a las curvas por la falta de tiempo o fuerza de los frenos. Pero esto no pasa en el Corvette gracias al sistema de frenos Brembo. Si buscas más diversión en las curvas lo mejor es elegir el Z51 Performance Package que añade un diferencial de deslizamiento limitado.
Chevrolet también incluyó un sistema Drive Mode Selector que permite al conductor ajustar el Corvette a sus preferencias a través de cinco estilos de manejo. Cada una de las opciones -Weather, Tour, Eco, Sport y Track- se puede elegir por medio de un botón giratorio al lado de la palanca de cambios. Modo Tour es el valor por defecto, y los restantes son fáciles de entender. En cada caso los puntos de cambio (en la transmisión automática), el Active Fuel Management, la respuesta de la suspensión, el control de estabilidad, la dirección y otras funciones dinámicas son reconfiguradas.
Así que ¿por qué quieres un Porsche 911 o un Ferrari 458 Italia? si el Corvette Stingray 2014 proporciona las mismas emociones y la actitud exótica por menos dinero.