Cuando llega la hora de cambiar el auto una de las primeras preguntas que hay que responder es ¿Compra o lease?
Aquí el Top 3 ventajas del leasing de autos.
La opción del lease es muy popular desde hace muchos años, pero lo cierto es que la mayoría de los consumidores no entiende siquiera el concepto completo, que puede tener muchas ventajas, pero también puede terminar perjudicándote si no tomas todos los factores en cuenta.
Según datos de la industria, aproximadamente 20% de los autos, camiones ligeros y SUVs nuevos son financiados con un lease en el mercado general, pero cuando en el segmento de autos de lujo, el porcentaje sube hasta 75%, debido a que una de las principales ventajas del lease es hacer pagos mensuales más bajos y prolongar los plazos del termino del financiamiento, , aunque al final del contrato, no retiene el valor del vehículo que pago, por lo que se ve obligado a firmar otro contrato de lease o debe pagar el valor residual del vehículo y quedarse con él.
Top 3 ventajas del leasing de autos
- El pago mensual por lo general es más bajo en comparación con el de un financiamiento de una compra
- Debido a que los pagos mensuales son menores y los plazos pueden ser más largos, se puede tener "más" auto del que se podría obtener si se compra.
- Es posible cambiar auto cada dos o tres años, obviamente, dependiendo del plazo del lease
Las principales desventajas
- Hay que hacer un pago inicial (down payment) más alto en comparación con una compra
- Dependiendo del contrato, existen limitaciones en las millas que se puede manejar cada año
- Por lo general, el pago del seguro, puede ser más algo
- El conducto tiene más responsabilidad en el mantenimiento del vehículo
- Pueden existir riesgos financieros más grandes en comparación con la compra de una auto y el historial de crédito se puede ver afectado si se cancela el contrato del lease antes del tiempo establecido
Por lo tanto, existen más desventajas que ventajas, pero eso no significa necesariamente que lease sea una mala opción en comparación con una compra.
Se trata de un sistema de financiación similar al del crédito regular para comprarlo, pero no tiene nada que ver con al renta (lease) de un apartamento o una casa y mucho menos con la renta de un auto por un día.
Lo más importante es que hay que tener en cuanta todos los factores - presupuesto, estilo de manejo, cantidad de millas que se necesita manejar, mantenimiento del vehículo, etc., para que un lease tenga sentido.
De otra forma, puedes terminar pagando más de lo que quizá te imaginas que ibas a ahorrar.
Antes de firmar
Cuando se firma un contrato de lease, el concesionario es un simple intermediario entre la agencia de financiación y el consumidor.
Una vez firmado el contrato, la relación del consumidor es directamente con la institución que hace el lease, con excepción de los servicios de mantenimiento y reparación necesarios del vehículo.
Los términos de cada lease son diferentes, pero por lo general, el consumidor se compromete a pagar por el uso del auto durante el plazo del contrato, por su seguro, el exceso de millas si no se respeta el límite establecido, por el costo de reparar y/o remplazar piezas y partes incluidas en lo que se conoce como "wear and tear" (uso y desgaste) y, por supuesto por la gasolina.
Este último punto - del weare and tear" -, es en el que muchos consumidores pueden sufrir graves consecuencias financieras si no toman las precauciones necesarias.
Para empezar, a la hora de entregar el vehículo al final del contrato del lease, se debe hacer presentándolo con lo que el contrato se considera "condiciones normales de uso y desgaste".
La mayoría de los contratos de lease especifican que el consumidor es responsable por el remplazo de partes que se desgastan normalmente con el uso del auto: llantas, bombillas, limpiaparabrisas, sistemas de frenos, etc.
Ojo con la letra pequeña
Por otra parte, el contrato establece que el vehículo debe ser devuelto en "condiciones normales" de uso y desgaste: es decir que no tenga rayones o abolladuras en la pintura, evidencias de accidentes, tapicería rota, parabrisas estrellados, llantas lisas, amortiguadores desgastados, accesorios electrónicos en condiciones de uso, etc.
Cuando un consumidor devuelve un vehículo con cualquiera o varios de los problemas anteriores, la compañía que financió el lease - no el concesionario -, le obligará a pagar por el reemplazo de partes inservibles y/o por las reparaciones necesarias para que le vehículo quede en "condiciones normales" tras el uso y desgaste del plazo del contrato.
Por todo esto, es importante asegurarse que los contratos incluyan descripciones específicas spbr el "were and tear". Existen polizas de seguro que protegen contra estos cosos, pero ésto obviamente, eleva el costo total del lease, aunque puede ahorrar mucho al final.
Los problemas potneciales de "were and tear" excesivo por lo general se detectan en una inspección previa a la devolución del vehículo o en un servicio de mantenimiento regular. El consumidor de recibir una copia del resultado de dicha inspección con las instrucciones para realizar las reparaciones.
En todos los casos, las reparaciones deben ser documentadas por el consumidor para que se hagan a satisfacción de la agencia del lease.
¿Se puede salir de un lease antes del fin del contrato?
La respuesta corta es: sí.
La respuesta larga: sí, pero puede resultar complicado, costoso y con graves consecuencias financieras.
Cuando un consumidor se ve en dificultades financieras para hacer los pagos de un lease o si simplemente quiere remplazar el vehículo antes del plazo del contrato, lo puede hacer, pero siempre le costará más.
Si se dejan de hacer los pagos, la agencia que financió el lease procederá a recuperar el vehículo (“reposess”), lo que inmediatamente afectará el récord de crédito del consumidor.
Antes de llegar a ese punto, es conveniente advertir a la agencia financiera del lease, ya que en algunos casos es posible renegociar los términos para ampliar el plazo o bajar los pagos mensuales.
La mayoría de los contratos de lease incluyen cláusulas específicas con los cargos adicionales en caso de que el consumidor quiera terminarlo antes de lo establecido.
Cuando el consumidor simplemente quiere cambiar de auto y sacar otro nuevo, de todas formas deberá pagar las mensualidades restantes del contrato original, por lo que el pago del segundo lease necesariamente será más alto.
Dependiendo del contrato es posible transferir el contrato de un lease a otro consumidor a través de compañías especializadas (como SwapaLease ) en la materia que cobran una tarifa para anunciarlo (por lo general alrededor de $100), pero esta transacción deber ser autorizada primero por la agencia original.
Al final, todo es posible, pero siempre todo depende de la cantidad de Dinero que se quiera gastar.
Artículo publicado originalmente en About.com: ¿Compro o hago un lease?