Los autos están hechos para correrse (en pistas), sobre todo si tienen un pedigree de competición como el McLaren F1 GTR, y aunque esto puede resultar en algunos rasguños, en mi opinión es mejor a que estén guardados en un garage acondicionado.
A veces los rasguños pueden ser grandes golpes, como lo que sucedió en el Members' Meeting de Goodwood cuando el famoso músico Nick Mason chocó en su McLaren F1 GTR.
Portando el número de chasis 10R, el McLaren F1 GTR del baterista de Pink Floyd es uno de 28 F1 que fueron transformados en autos de carreras.
El mismo sirvió como banco de pruebas para el desarrollo del GTR y fue utilizado durante la sesión de pruebas de las 24 horas de Le Mans de 1995, aunque no corrió la carrera. Mason compró el auto y lo envió a Lanzante Motorsports donde lo convirtieron a legal para su uso en calle (algo que nuevamente están haciendo con el McLaren P1 GTR).
Previo al accidente, Mason mencionó en una entrevista que no usaba mucho el auto, aunque era grandioso para usarlo en la calle y que lo llevaría a estirar un poco las piernas.
Poco después Mason perdió control del auto y terminó golpeando un muro.
Afortunadamente el accidente ocurrió a baja velocidad y el daño parece ser básicamente estético, lo que se traducirá en una no tan costosa nota de reparación del McLaren F1 GTR. Como sabemos, la compañía de Woking es capaz de reparar los F1 incluso si sufren daños en el monocasco de fibra de carbono, aunque el costo de dichos arreglos pueden estar en las seis cifras, como en el caso del F1 de Rowan Atkinson, mejor conocido como Mr. Bean.
En 2009 Nick Mason mencionó que iba a elevar el monto asegurado en la póliza del auto, el cual en ese momento se encontraba cubierto por 2.5 millones de dólares. En esa época un McLaren F1 GTR se vendía en $3.5 millones, pero ahora los F1 ya se han vendido en más de $10 millones por lo que esperamos que el baterista haya realizado el cambio.