El Gran Premio de Australia 2024 vio a Carlos Sainz liderar a Ferrari en un impresionante uno-dos, superando a su compañero Charles Leclerc en el Circuito de Albert Park después de que Max Verstappen viera su racha terminar con un retiro por problemas mecánicos.
El actual campeón del mundo, Verstappen, lideró la carrera hacia la Curva 1, con Sainz manteniéndose en segundo lugar en el Ferrari después de un inicio sin complicaciones en la carrera. Sin embargo, Sainz aprovechó al máximo el DRS en la vuelta 2, pasando al piloto de Red Bull en la Curva 9 para liderar por primera vez.
Max Verstappen durante el Gran Premio de Australia 2024. Foto: Red Bull/Peter Fox
Sainz ya estaba comenzando a alejarse cuando comenzó a salir humo del auto Red Bull de Verstappen en la vuelta 3, haciendo que cayera rápidamente en la clasificación. El holandés ingresó a boxes al final de la vuelta para retirar su coche, lo que abrió por completo la carrera.
La estrategia y los desafíos
La estrategia de neumáticos desempeñó un papel crucial, con McLaren pitando primero a Oscar Piastri para cubrir a George Russell, pero comprometiendo a Lando Norris, quien cayó al cuarto lugar después de completar sus paradas en boxes. Mientras tanto, Lewis Hamilton reportó problemas de motor que lo obligaron a retirarse en la vuelta 17, lo que llevó a la activación del coche de seguridad virtual en Australia.
George Russell durante el Gran Premio de Australia 2024. Foto: Mercedes/LAT Images
Final emocionante del Gran Premio de Australia 2024
Sainz logró mantener su ventaja sobre Leclerc hasta la bandera a cuadros, mientras Norris aseguró el tercer lugar en el podio. El mexicano Sergio Pérez no pudo participar en la batalla por el podio y termino en la quinta posicion. Russell sufrió un gran accidente en la última vuelta, permitiendo a Alonso y Stroll obtener puntos valiosos.
El Gran Premio de Australia 2024 fue testigo de emociones intensas y giros inesperados, destacando el dominio de Ferrari con Sainz al frente. Los desafíos técnicos y las estrategias de equipo mantuvieron a los espectadores al borde de sus asientos, demostrando una vez más la imprevisibilidad y la emoción de la Fórmula 1.
