En lo que representa otro obstáculo para el sector automotriz, Audi ha suspendido de forma inmediata la entrega de vehículos al mercado estadounidense.
Esta acción responde directamente al nuevo arancel del 25 % aplicado por la administración Trump a los productos importados. Actualmente, los concesionarios cuentan con inventario suficiente para aproximadamente dos meses, pero luego vendrán decisiones importantes.

Audi en una encrucijada
El 2 de abril, el gobierno estadounidense activó una serie de aranceles generalizados, llegando incluso a zonas sin habitantes. Entre estas medidas se incluyó un impuesto del 25 % sobre autos y componentes traídos del extranjero. Esta política ha puesto en aprietos a fabricantes tanto locales como internacionales, y Audi ya ha reaccionado con un primer movimiento estratégico.
La compañía ha paralizado sus exportaciones desde las plantas europeas hacia EE. UU., tal como confirmó a Automobilwoche.
Por ahora, hay cerca de 37,000 autos Audi ya disponibles en suelo estadounidense, lo que garantiza stock para unos 60 días. Asimismo, existen unidades adicionales en puertos de entrada, aunque no serán distribuidas a los concesionarios hasta nuevo aviso.
Este escenario convierte a los próximos meses en un punto de inflexión para Audi. Considerando que Trump ha revertido decisiones anteriores en otras ocasiones, lo ideal para la marca sería que los aranceles se eliminen, especialmente los relacionados con la industria automotriz. De lo contrario, la empresa tendrá que considerar estrategias más agresivas para mantenerse en el mercado estadounidense.

¿Qué salidas hay para este problema?
Una de las posibles alternativas sería utilizar las instalaciones del Grupo Volkswagen ubicadas en Tennessee. Sin embargo, fuera de esta opción, las soluciones a corto plazo son limitadas, y la más directa sería ajustar los precios al alza para mantener la rentabilidad.
El medio Handelsblatt ha planteado que podrían utilizarse las futuras instalaciones de Scout, aunque estas no estarán listas hasta dentro de dos años. Además, Scout necesitará priorizar su propia producción, por lo que el aumento será gradual.
Sea cual sea la ruta que tome Audi, la mayoría de las opciones implicarán un incremento en los precios para los consumidores estadounidenses. Aunque muchos clientes aún podrían afrontar ese costo adicional, no es una señal positiva para la marca en el corto plazo.
Y Audi no es la única en esta situación: Jaguar Land Rover se enfrenta a las mismas restricciones y también decidió frenar sus envíos al país este mismo día.