La tercera generación del Audi A3 está lista para conquistar el mundo, aunque no sabemos si lo logrará. Se trata de un bonito hatchback que ha sabido cautivar a los clientes, pero cuya segunda parte duró demasiado tiempo en el mercado y decepcionó a varios de ellos. Un rediseño, otro rediseño y así pasaban los años.
Parte de lo interesante del A3 es que representa el 20% de las ventas de la marca de los cuatro aros a nivel global, y por eso es uno de los consentidos. Son casi tres millones de unidades las que se han vendido desde su lanzamiento en 1996; cifras más que positivas en el segmento Premium.
El cambio su diseño no parece tan atrevido como sucedió entre la primera y segunda generación. Desafortunadamente es un hatchback bastante bien logrado que, aunque para muchos puede parecer un simple facelift, muy pocos sabrán y apreciarán que está montado sobre una nueva plataforma del Grupo Volkswagen, denominada MQB, y que será utilizada para las siguientes creaciones sin importar dimensiones, mencionando como extremos desde el Audi A1 hasta el Q7, además de sus equivalentes en otras marcas del Grupo.
Como representar el 20% de las ventas de una marca le permite ser centro de atención, Audi busca constantemente la manera de perfeccionarlo aún más. Es bien sabido que sin un mayor cambio de dimensiones sobre su antecesor, exceptuando una mayor distancia entre ejes, es 80 kilogramos más ligero por la utilización de materiales como aluminio para varios de sus componentes.
Sinceramente es un auto para el cual resulta difícil emitir un veredicto. Está bastante bien logrado, aunque por fuera pudo ser mejor _sin decir que está mal_, es demasiado conservador. Lo hicieron tan bien con el A1 que pusieron exigente al consumidor. El nuevo A3 está excelentemente bien equipado pero carece de ese toque exterior que lo vuelve inconfundible. Esperemos sea solo cuestión de tiempo para que aparezca un kit más aerodinámico, algún equivalente al S-Line del A1; algo que denote una mayor deportividad sin perder su toque sofisticado y elegante.