Ferrari eligió el Salón del Automóvil de París para presentar el nuevo chasís de composite que se ha desarrollado directamente gracias a la tecnología de la Fórmula 1. Aplicando su amplia experiencia en el uso de composite en vehículos monoplaza, Ferrari llevará el know-how al modelo híbrido que se producirá en una serie especial de edición limitada. Para este modelo se ha optado por no utilizar técnicas de fabricación con fibra de carbón industrial, como el moldeado por transferencia de resina, habituales en el sector de la automoción, ya que no cumplen con los requisitos de calidad y funcionalidad de Ferrari.
Tanto materiales, métodos de diseño, procesos de fabricación, como el personal e instrumentos que se aplican ya se utilizan en la Scuderia Ferrari. Además se ha formado un grupo de trabajo que cuenta con la notable contribución de Rory Byrne, el jefe de diseño del equipo de F1 de Ferrari responsable de 11 de los campeonatos mundiales que posee el equipo.
Este novedoso bastidor incorpora cuatro tipos diferentes de fibra de carbón. Se lamina a mano y posteriormente se cura en autoclaves siguiendo procesos de ingeniería que optimizan el diseño al integrar los distintos componentes.
Para mantener el peso al mínimo, los bajos estructurales y el travesaño se fabrican con otro tipo de fibra de carbón de gran fuerza tensora llamada M46J. En ciertas zonas críticas, como las puertas, se ha utilizado T1000, muy resistente, ya que está especialmente indicada para absorber impactos; es la misma que se utiliza en la delantera de los monoplaza. En los bajos se combina fibra de carbón con Kevlar para evitar los daños que se pueden producir al pisar grava en la carretera.
El conjunto del chasís es 20% más ligero que el del Ferrari Enzo, a pesar del incremento de peso que supone alojar los componentes híbridos y cumplir las obligaciones reglamentarias. Por su parte, la rigidez torsional ha aumentado un 27% y la rigidez flexional un 22%.