Carlex Design ha reinterpretado muchas veces a la G-Wagen, pero nunca como ahora. Con la Carlex G-Viking, presenta una SUV irrepetible, parte de su programa One of One, donde cada creación es única y jamás se repite.
La base es una Mercedes-AMG G 63, pero el resultado final parece más una pieza de museo que un vehículo para la calle. Esta edición nace de una colaboración con VO Vapen, la armería sueca detrás del rifle más caro del mundo, el VO Falcon.
Carlex G-Viking agresiva e histórica
La carrocería de esta G ha sido transformada con el característico kit de Carlex, que incluye salpicaderas ensanchadas y nuevas fascias. Pero lo que más llama la atención es su pintura bicolor marrón y plateada con polvo de diamante real, que le da un acabado brillante y mineral.

Sin embargo, donde de verdad se distingue es por dentro. Su cabina fue completamente rediseñada, revestida en cuero bovino patinado a mano, con inserciones de piel de foca y grabados personalizados en cada rincón, desde el tablero hasta los paneles de las puertas. Incluso el volante fue reconstruido, con un marcador de las doce en metal grabado y detalles en cuero liso y perforado.
Su techo es una obra de arte
Uno de los detalles más impactantes de esta SUV es su techo: grabado a mano durante cientos de horas por el propio fundador de Carlex, Damian Skotnicki. Este patrón de inspiración nórdica también se replica en otros elementos metálicos tanto dentro como fuera de ella.

Todo ha sido intervenido artesanalmente, desde los rieles decorativos hasta los seguros de las puertas. Solo el retrovisor y los cinturones parecen haberse mantenido originales. El resto ha sido diseñado con una obsesión por el detalle digna de una casa de alta relojería.
Historia en la cajuela
La parte trasera de la Carlex G-Viking no transporta simples maletas. Alberga un compartimento especial, tapizado en cuero y decorado con metal, donde se guardan cuatro rifles VO Vapen.
Para la G-Viking, diseñaron cuatro rifles de colección, inspirados en Odín, Thor, Loki y Midvinterblot, elaborados con detalles en oro de 24 quilates y un nivel de acabado que las convierte en esculturas funcionales.

Carlex asegura que este vehículo debe “ser atesorado y heredado”, como se haría con una reliquia familiar o una obra maestra. No se trata de un SUV para exhibir estatus, sino para representar una narrativa de poder, linaje y artesanía.
Un precio que no se dice, pero se siente
Aunque Carlex no ha publicado su precio, es evidente que esta Mercedes-AMG G 63 no bajará del millón de dólares. La cantidad de trabajo artesanal, los materiales nobles y la colaboración con una marca de rifles de lujo hacen de ella una inversión, no una compra impulsiva.