Tres años después del lanzamiento de la limusina del Presidente de Estados Unidos mejor conocida como “La Bestia” se han dado a conocer nuevos detalles.
Aunque a simple vista parece ser un Cadillac blindado, el automóvil presidencial es completamente diferente de acuerdo con un empleado de los servicios de inteligencia. Incluso los logos del cofre y maletero son más grandes de lo normal, es básicamente un camión con características de una limusina.
Hasta la fecha General Motors ha construido 12 unidades con un peso de 6.8 toneladas. Con tal masa el vehículo tiene un consumo de combustible de 3.7 mpg (1.5 km/l. Asimismo, es tal la armadura que las puertas son casi imposibles de abrir desde el interior. Y es que el blindaje tiene un espesor de 200 mm, mientras que las ventanas tienen un grosor de casi 130 mm.
Por su parte, el tanque de combustible, también blindado, está protegido por una espuma especial para cuando hay rotura a causa de un accidente o algún disparo.
En la lista de equipamiento encontramos un sistema de extinción de incendios, sistema de cierre especial, cámara nocturna en la parte frontal, teléfono satelital y un sistema de comunicaciones interactivas. Ante un embate la cabina puede resistir ataques químicos.
En el maletero existen armas, un suministro de oxígeno por separado bajo el asiento del presidente y equipos médicos de emergencia, incluyendo sangre del tipo del presidente.
Cualquier agente del Servicio Secreto asignado para conducir este vehículo tiene que tomar un curso de manejo defensivo en una pista especial en la Academia del Servicio Secreto en Beltsville, Maryland. Practican maniobras evasivas, curvas de alta velocidad y precisión de conducción. Para el entrenamiento adicional, la agencia utiliza automóviles como el Charger, Camaro y Mustang.
Se estima que cada unidad tiene un precio de 1.5 millones de dólares.