Con su peculiar sonido, las bocinas y cláxones permiten que los vehículos sigan siendo seguros en las carreteras y calles de todo el mundo. Fue Robert Bosch GmbH quien presentó su solicitud de patente para la bocina eléctrica el 12 de abril de 1914. Durante el desarrollo de ésta, la compañía quería que el producto tuviera un largo alcance y un sonido agradable. La bocina necesitaba emitir de forma fiable un sonido tan pronto como se activara, y también eran pre requisitos importantes un bajo consumo de energía y un diseño atractivo.
La nueva bocina Bosch, que salió al mercado en 1921, cumplía con todos estos objetivos. Estaba basada en el principio de "tubos inmóviles" utilizados en la construcción de órganos. Estos tubos están cerrados en el extremo superior, por lo que emiten un tono más bajo que los tubos abiertos. En la bocina de Bosch, este principio se tradujo en un tono agradable y muy característico.
El principio de diseño original se ha mantenido de forma inalterada en cada uno de los sucesivos modelos de la bocina de Bosch que fue patentada hace 100 años. El sonido es generado por una membrana activada eléctricamente y se propaga en todas las direcciones. La gama de productos se ha ampliado para incluir cláxones. El embudo en una sonda se calibra a un tono preciso y también utiliza una membrana para producir un sonido excepcionalmente agradable y suave que, a diferencia del producido por las bocinas, se emite en una única dirección. El inconfundible sonido de las bocinas y cláxones puede ahora escucharse en las carreteras de todo el mundo.
Las bocinas Bosch están disponibles en una amplia variedad de modelos y variantes para equipamiento original, diseño individualizado y requisitos especiales, para vehículos comerciales, autos, todoterrenos y camionetas. También hay disponibles productos adecuados para entusiastas de los autos clásicos.