Doscientos expertos en el campo de los autos de conducción autónoma indican que en 2035 los vehículos prescindirán de los pedales y el volante. ¿Será cierto?
¿Cómo serán los autos del futuro?
Según una investigación llevada a cabo por el Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos (IEEE), con base las opiniones de investigadores, técnicos, estudiantes y miembros de empresas de gobierno, todos especializados en el campo de la conducción autónoma, coinciden que faltan dos décadas para que la industria automotriz sea distinta.
Y es que el 2030 es la fecha límite para la eliminación de los espejos y el dispositivo de frenado de emergencia, mientras que desde 2035 también se eliminará el volante y los pedales.
75% de los encuestados cree entonces que 50 estados de Estados Unidos han introducido para ese periodo una legislación integral. 56% cree entonces que los sensores deben tener las herramientas necesarias para que el auto no tenga conductor, seguido por el componente de software (48%), el Sistema de Asistencia al Conductor Avanzada (47%) y GPS (31%). Uno de los encuestados cree que en los próximos 15 años se introducirá un mapa digital a escala mundial, mientras que América del Norte será la región con la mayoría de los autos autónomos, seguido de Europa y Asia.
A medida que más funciones autónomas se están incorporando en los autos, se que puedan ser fabricados sin algunos componentes que son habituales hoy en día.
El futuro también será eléctrico
Son muchas las marcas automotrices las que día a día investigan y desarrollan nuevas alternativas para disminuir el uso de la gasolina. Los altos precios de los combustibles derivados del petróleo han hecho que el mercado automotor se dirija hacia otras alternativas. Todo indica que un futuro la balanza se inclinará de lado de los automóviles accionados por medio de electricidad, ya sean totalmente eléctricos o bien híbridos (combinan un motor de combustión interna y un propulsor eléctrico).
Aunque se han buscado diferentes opciones como motores compactos, el uso de turbocargadores, promover más el uso del diésel, disminuir el tamaño y/o peso de los autos, utilizar componentes reciclables y sistemas híbridos, los pronósticos auguran un futuro eléctrico.
Lo que si es un hecho es que la dependencia por la gasolina o diésel es imposible de erradicar. Existen, en su mayoría, medios de transporte público o carga, donde las peculiaridades que otorga el tener un motor alimentado por combustible son difíciles de reemplazar. Algo que hasta la fecha no puede brindar un generador eléctrico.