Desde el momento en que Jaguar fue tomada por Tata Motors, la compañía ha querido mostrar una nueva identidad para el mundo y el segmento de los sedanes de lujo fue el arma principal. Así, es como nace el Jaguar XF.
Por naturaleza el Jaguar XF es un automóvil impresionante. Recuerdo haber conducido el modelo de seis cilindros hace un par de meses y me quedé muy impresionado con la manera equilibrada de esa versión. Así que impresionados con la emoción de exprimir los 340 caballos de fuerza y la excelente agilidad de la carrocería, llegó el momento de subir de nivel y ponernos a bordo del XFR-S. De inicio la superioridad de poder de 550 caballos de fuerza lo primero que hacen es volarnos la mente.
Sin las letras R-S, el XF es ya deportivo autentico. Pero siempre habrá quienes busquen más, la sed de poder siempre existirá en este segmento tan exclusivo y demandante. Así que para hacer que ese toque de elegancia al más puro estilo británico se vea totalmente agresivo y deportivo, este XFR-S agrega ciertos elementos estabilizan la fuerza del V8 supercargado.
Desde donde se le mire siempre veras algún detalle que lo diferencia de una forma provocadora pero al mismo tiempo delicada. A este nivel no podía faltar un kit estético que incluye un alerón trasero, faldones laterales y un splitter de fibra de carbono. Para hacer que la imagen sea inconfundible y la estabilidad de un auto que acelera de 0 a 100 km/h en menos de cinco segundos incorpora rines de 20 pulgadas sobre neumáticos de 265/35 delante y 295/30 atrás.
Está nueva versión del sedán inglés está alimentado por un motor V8 de 5.0 litros sobrealimentado fabricante 502 lb-pie. Este motor es el mismo que se utiliza el XKR-S, pero con la diferencia de utilizar una caja automática de ocho velocidades en lugar de una de seis cambios. Que si lo combinas con una suspensión con una puesta a punto más rígida la inmovilidad de la carrocería es un punto a destacar de este caballero inglés.
Hubiera sido bueno que se dejará a nuestra elección la rigidez de los amortiguadores, ya que por momentos el tener una suspensión tan intuitiva llega a ser un poco cansada. Lo que si puedes hacer es recalibrar el diferencial electrónico y la configurar el control de estabilidad para jugar un poco con la perdida de adherencia y así aprovechar al máximo el más de medio millar de caballos de fuerza.
Con tal brutalidad debes acostumbrar a tu pie para que sepa dosificar la potencia al momento del pisar el acelerador. Este XFR-S no es cualquier cosa. Es de los pocos sedanes que su velocidad no está controlada por la electrónica por lo cual si te lo propones puedes experimentar la sensación de rebasar los 300 km/h. No hay duda que este XFR-S es un verdadero rival para el BMW M5 por donde se le busque.
Posiblemente donde el Jaguar queda por encima del alemán es en el ambiente de la cabina. Desde que abres la puerta se puede sentir el aroma de Jaguar. Instalarse en un interior deportivo y lujoso de fibra de carbono con asientos de cuero se puede hacer en muy pocos modelos. Una vez más la exclusividad que entregan las letras R-S se hacen presentes. Si deseas matar el sonido que provoca el sistema de escape especial puedes encender los 17 altavoces del sistema Meridian de 825 watts. Quien si necesita una ligera actualización es el sistema de navegación, nos gustaría una pantalla más grande y un upgrade al software para perfeccionar los gráficos.
Con todo lo anterior este automóvil aun sigue siendo discreto. De una u otra forma se las arregla para tener todo lo que un RS necesita por dentro y por fuera. Sin que nadie lo note estás al mando de un demonio de la velocidad. XFR-S es nada menos que una traducción perfecta del mundo real del siglo 21; " La gracia, el ritmo y el espacio" el lema de Jaguar de los años 60.