Un parabrisas congelado, algo muy común durante el invierno cuando se empieza la jornada, y en realida es un peligro asegurado, incluso antes de arrancar el motor y salir a manejar, por el riesgo de una rotura si no se deshiela apropiadamente.
Por lo tanto, los conductores que viven en regiones expuestas al punto de congelación, deben recordar la importancia de mantener en buen estado el parabrisas, para poder tener un viaje seguro y evitar accidentes.
Por un lado, hay que saber cómo lidiar con un parabrisas congelado y retirar el hielo para no dañarlo. Por otro, está demostrado que las bajas temperaturas aceleran el crecimiento de un daño en el parabrisas, haciendo que un simple impacto se convierta en una grieta irreparable.
Los estudios realizados por la firma Belron Technical han demostrado que la velocidad de crecimiento de un impacto depende de la unidad concreta del parabrisas, el tamaño del impacto, las tensiones que recibe el cristal, los cambios de temperatura y la humedad del ambiente. Cuando alguno de estos factores, o la combinación de varios, supera un umbral, el parabrisas colapsa.
Contrario a lo que dicta la lógica, descongelar el parabrisas con agua muy caliente, o con el aire de la calefacción a temperatura elevada, es la peor forma de retirar el hielo, debido a que el cambio brusco de temperatura puede provocar la rotura del cristal, algo que se intensifica si el parabrisas ya tiene una grieta producto de un impacto.
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Consejos para retirar el hielo de un parabrisas congelado
En los experimentos realizados con una temperatura externa de 14ºF (-10ºC), 81% de los parabrisas se rompió en menos de cinco minutos tras encender la calefacción. A 23ºF (-5º C), esa tasa es de 70% e incluso a 32ºF (0° C), sigue siendo muy alta: 59%.
Para retirar el hielo de un parabrisas congelado, se recomienda utilizar una rasqueta de plástico, o rociar el cristal con alcohol. También es importante recordar que el depósito de líquido limpiaparabrisas no se debe llenar sólo con agua, para evitar que se congele a bajas temperaturas.
Esto es especialmente importante para cuando se usan los rociadores de los limpiaparabrisas, en situaciones cuando se está en movimiento, ya que el agua que sale de ellos puede congelarse instantáneamente sobre el parabrisas, dificultando la visión del conductor. Por lo tanto, se recomienda el uso de líquidos limpiacristales adecuados con componente anticongelante.
Es imprescindible revisar el parabrisas antes de salir de viaje.
En esta época del año se multiplican los viajes y con la abundancia de lluvias, nieve, viento o niebla, los riesgos de un accidente se multiplican.
Por eso es conveniente mantener en perfectas condiciones el parabrisas y los limpiaparabrisas, para que nuestra visibilidad y seguridad no disminuyan; y para evitar un desagradable imprevisto.
Es importante que el conductor verifique que el parabrisas no presenta daño alguno, ya que es una pieza fundamental para la seguridad.
Un impacto en el parabrisas, cuyo diámetro sea menor de una pulgada, puede y debe ser reparado a la mayor brevedad posible.
En tan sólo 30 minutos el parabrisas recupera 100% de su rigidez y resistencia, evitando mayores roturas que puedan tener graves consecuencias para los ocupantes en caso de accidente.
Es aconsejable renovar los limpiaparabrisas cada 6-12 meses, ya que usar limpiaparabrisas en mal estado, además de no limpiar y eliminar el agua correctamente, puede rayar el parabrisas, lo que disminuye la visibilidad del conductor y aumenta el riesgo de accidente
El parabrisas, clave en la seguridad de un vehículo
En primer lugar, por sus evidentes implicaciones en la correcta visibilidad al volante: 90% de la información que recibimos al conducir nos llega a través de la vista.
No menos importante, el parabrisas aporta hasta 30% de la resistencia de la estructura del vehículo y es un elemento clave para evitar el hundimiento del techo en caso de vuelco.
Además, la eficacia de las bolsas de aire del acompañante está condicionada por el buen estado del parabrisas, pues al desplegarse se apoya sobre él, ejerciendo una enorme presión que podría llegar a arrancarlo.
Por último, los sistemas de asistencia al conductor y de seguridad activa, basados en multitud de sensores, suelen instalarse en el parabrisas y deben ser recalibrados tras una sustitución.