El Tesla Model X Big Sky, que tiene más de 30 pies cuadrados de superficie, es el parabrisas más grande de la industria automotriz mundial, según un estudio de la firma global Carglass.
El SUV 100% eléctrico de la marca con sede en California, fue diseñado con el concepto que incorpora el "parabrisas panorámico", es decir que se extiende más allá del marco frontal en la mayoría de los vehículos y cubre parte de la cabina.
Esa es la razón por la que la marca denomina a este parabrisas “Big Sky” (gran cielo), con el que se disfruta de una gran visibilidad, una cabina muy luminosa y una sensación de espacio abierto desde las dos primeras filas de asientos.
De hecho, Elon Musk, CEO de Tesla, asegura que “este parabrisas ofrece una experiencia de conducción única, similar a la que se experimenta en la cabina de un helicóptero”.
Tesla Model X Big Sky
El parabrisas panorámico del Tesla Model X tiene nada menos que 32.29 pies cuadrados (3 mts2.) de superficie y está fabricado por el especialista AGP, que dispone de una tecnología propia para la conformación de elementos de vidrio de hasta 43.05 pies cuadrados (4 metros cuadrados) de superficie.
Como parte del equipo de seguridad de cualquier vehículo moderno, este enorme parabrisas evita los deslumbramientos por el sol, gracias a un tintado doble inteligente; además, no tiene elementos metálicos para mejorar la conectividad de los sistemas de comunicación y conectividad del vehículo.
En el lado opuesto del espectro, el Mercedes-Benz SLR Stirling Moss tiene el “parabrisas” más pequeño de todos los autos fabricados en las últimas décadas.
Un “honor” que comparte con algunos deportivos artesanales británicos clásicos, que también optan por una configuración de doble deflector frontal.
Según la definición de la Real Academia de la Lengua Española, un parabrisas es un “bastidor con cristal que lleva el automóvil en su parte delantera para resguardar a los viajeros del aire cuando el vehículo se pone en movimiento”.
Y, efectivamente, los pequeños deflectores que incorpora este modelo están diseñados para desviar el flujo de aire y que éste pase por encima de la cabeza de los dos ocupantes del espectacular súper deportivo de Mercedes-Benz.
Eso sí, estos mini parabrisas no ofrecen ninguna protección en caso de vuelco, como sí lo hace un parabrisas convencional, que aporta hasta 30% de la resistencia de la estructura del vehículo y es un elemento clave para evitar el hundimiento del techo en caso de vuelco. Tampoco sirven como apoyo de las bolsas de aire del acompañante cuando ésta se despliega.
Cada uno de los minúsculos parabrisas del Mercedes-Benz SLR Stirling Moss tiene una superficie aproximada de apenas 0.32 pies cuadrados (0,030 mts2.)