La marca británica ha iniciado una transformación visual. Tras 106 años de historia, la emblemática figura “Winged B” recibe su quinta evolución, adecuándose a los tiempos modernos.
Este cambio se dará a conocer dentro de algunos días, coincidiendo con la presentación de un nuevo auto conceptual y la apertura de un Estudio de Diseño en Crewe, Inglaterra.
El origen del emblema “Winged B”
El diseño original, creado en 1919 por F. Gordon Crosby, ha pasado por revisiones clave en 1931, durante los años 90 y en 2002. Sin embargo, el rediseño de 2025 se distingue como el más audaz en toda la trayectoria de Bentley.
La nueva insignia hará su debut en el frontal de un vehículo conceptual que no será producido en serie, pero que anticipa el lenguaje de diseño que marcará la siguiente generación de Bentley.
Para elegir el diseño definitivo, se realizó un concurso interno entre el equipo de diseño.
Conservando tradición y modernidad en el nuevo “Bentley Wings”
El objetivo principal fue preservar elementos icónicos, como el patrón de diamantes en las alas internas y la joya central con la letra B, al mismo tiempo que se dota al emblema de un aspecto contemporáneo.
Las alas se rediseñaron con formas más definidas y angulares, inspiradas en el halcón peregrino, mientras que las plumas inferiores se eliminaron para lograr una silueta más limpia y estilizada.
El centro del emblema mantiene la joya con la letra B, ahora reinterpretada con una estética tridimensional, bordes biselados y acabados similares a los de relojes de alta gama. Esta pieza puede usarse de forma independiente como un elemento gráfico autónomo.
Más de un siglo de historia reflejado en cada detalle
Desde sus inicios, el emblema de Bentley ha conservado dos constantes: una B central flanqueada por alas. En 1919, W.O. Bentley deseaba un símbolo que expresara velocidad y potencia. Su amigo y reconocido ilustrador automotriz, Crosby, diseñó las alas para honrar tanto la emoción del movimiento como la experiencia aeronáutica de Bentley en la Primera Guerra Mundial. Para evitar imitaciones, incluso se diferenciaron el número de plumas en cada ala.
Cuando Rolls-Royce adquirió Bentley en 1931, la insignia adoptó una versión simétrica con 10 plumas a cada lado y una B dentro de un óvalo negro. Esta versión prevaleció hasta mediados de los noventa, cuando se optó por alas más ornamentadas y una B que recordaba el diseño original.
Con la compra por Volkswagen en 1998, Bentley renovó nuevamente su emblema para el lanzamiento del Continental GT en 2002. Se retomó la asimetría clásica, con 10 plumas a la izquierda y 11 a la derecha, emblema vigente hasta hoy.
