Estos son los mejores estados para conductores adolescentes, según este estudio
WalletHub nos dice cuáles son los mejores y peores estados para conductores jóvenes

Estos son los mejores estados para conductores adolescentes, según este estudio. Foto: Envato
Sacar la licencia de conducir suele representar un momento decisivo en Estados Unidos, sobre todo para los conductores adolescentes, ya que ello se asocia con independencia y madurez. Sin embargo, cada año miles de adolescentes ven este paso convertirse en tragedia: los accidentes viales son la principal causa de muerte entre jóvenes de 16 a 19 años, el grupo con mayor probabilidad de verse involucrado en choques.
Las consecuencias económicas son también significativas. Los incidentes de tráfico que involucran a jóvenes de 13 a 19 años generan cerca de $40.7 mil millones anuales en gastos médicos y pérdidas laborales. A ello se suman costos adicionales como mantenimiento del vehículo, incremento en las primas de seguros, infracciones y otros desembolsos que aumentan rápidamente.
Con la intención de orientar a las familias y proteger tanto la seguridad como las finanzas, WalletHub analizó el panorama de la conducción juvenil en los 50 estados mediante 23 indicadores. Entre ellos figuran la cantidad de muertes de adolescentes conductores, el costo promedio de reparaciones de automóviles y la implementación de leyes contra la conducción bajo los efectos del alcohol o las drogas.
Los estados más favorables para conductores adolescentes
WalletHub elaboró un ranking que sitúa a Nueva York en el primer lugar, seguido por Oregón y Nueva Jersey. Los acompañan en los cinco primeros Virginia Occidental y Kentucky. En contraste, Montana, Misuri y Wyoming aparecen al final de la lista.
El estudio también revela amplias diferencias en el aumento de primas de seguro al añadir un adolescente a la póliza. Hawái, Nebraska y Dakota del Sur muestran los incrementos más bajos, mientras que Maine, Virginia y Virginia Occidental presentan los más altos.
En cuanto a mortalidad juvenil, Rhode Island, Nueva York y Nueva Jersey reportan las tasas más reducidas. En el extremo opuesto, Delaware, Montana y Wyoming destacan por los índices más elevados.
Radiografía de los líderes
Nueva York
El estado encabeza el ranking gracias a una de las tasas más bajas de mortalidad juvenil al volante y a la reducción en conductores que usan el teléfono o realizan maniobras peligrosas. Además, ofrece la mayor disponibilidad de escuelas de manejo por habitante, lo que contribuye a formar conductores más responsables. La baja incidencia de arrestos de adolescentes por conducir bajo efectos del alcohol y el limitado uso de mensajes de texto refuerzan su posición. También ha adoptado casi todas las leyes de tránsito recomendadas a nivel nacional, aunque registra un alza considerable en primas para conductores de alto riesgo.
Oregón
Las sanciones estrictas por infracciones como no usar cinturón o pasar semáforos en rojo convierten a Oregón en un entorno exigente pero seguro para jóvenes conductores. Más del 96% de los adolescentes utilizan siempre el cinturón. Sus carreteras, consideradas entre las de mejor calidad del país, y el bajo número de conductores que usan el teléfono o exceden la velocidad, reducen aún más los riesgos. El estado ocupa la decimoquinta posición nacional en mortalidad adolescente.
Nueva Jersey
El tercer lugar corresponde a Nueva Jersey, donde la combinación de leyes severas y abundancia de escuelas de conducción fomenta la seguridad. La mayoría de los adolescentes usa cinturón de seguridad de manera constante y los índices de conducción bajo influencia o uso del teléfono se mantienen entre los más bajos del país. Las aseguradoras también reflejan esta tendencia con primas más altas para conductores riesgosos, lo que refuerza la precaución al volante.
Los especialistas señalan que, aunque los adolescentes deciden cómo conducen, los padres cargan con gran parte de las consecuencias emocionales y financieras en caso de accidente. También subrayan la importancia de políticas públicas que reduzcan la mortalidad juvenil en carretera.