El característico techo ligero curvo del nuevo Porsche 911 Carrera Cabriolet 2020 es una verdadera maravilla de la ingeniera alemana con tecnología que lo pone al máximo nivel de desempeño del resto de los modelos de la familia 911.
Esta capota abatible fue desarrollada en su totalidad por ingenieros y diseñadores de Porsche, e imita a la perfección la curvatura del Porsche 911 Coupé cuando está cerrada.
Con sus contornos idénticos, la capota de lona forma un arco preciso desde el marco del parabrisas hasta el compartimento donde queda recogida al plegarse.
También tiene ventajas desde el punto de vista aerodinámico, pues no se hacen pliegues bajo la tela ni hay interrupciones entre cada sección que rompan el diseño fluido de la silueta clásica del Porsche 911.
Gracias al nuevo y ligero sistema hidráulico, la capota se puede abrir o cerrar en unos 12 segundos mientras se maneja a velocidad de hasta de 31.25 millas por hora (50 km/h).
Así funciona el techo del Porsche 911 Carrera Cabriolet 2020
Su diseño permite conseguir esta forma que antes era imposible en una capota de lona, ya que la totalidad de la capota conforma una superficie rígida compuesta de segmentos individuales que encajan perfectamente uno junto al otro.
Los cuatro elementos son el marco delantero, dos paneles curvados y la ventana trasera. Igual que los otros segmentos, el marco de la ventana está hecho de magnesio.
Todas las piezas de magnesio están conectadas de forma cinemática, por lo que es necesario un solo cilindro hidráulico en cada lado para mover la capota. Para bloquear el mecanismo, Porsche optó por el sistema de cierre central eléctrico apoyado por pasadores de guía laterales.
No hay conexión fija entre los paneles curvados y la capota de lona, por lo que los cuatro segmentos de magnesio pueden plegarse uno sobre otro en un movimiento con forma de Z.
Este diseño único requiere muy poco espacio de almacenamiento, porque el conjunto plegado de la capota, que se compone de la parte de tela, el marco, los paneles curvados y la ventana trasera, sólo ocupa menos de 10 pulgadas (23 centímetros) de altura y menos de 20 (55 cms) de longitud.
Mientras que la sección frontal de la capota permanece visible en la posición de techo abierto, el compartimento donde se guarda cubre la zona trasera. Toda la superficie de lona exterior está forrada con una capa aislante.
Así, con el techo cerrado, los ocupantes disfrutan de un confort climático y acústico muy similar al del Porsche 911 Carrera Coupé.
Deflector de viento integrado
El deflector de viento integrado y de funcionamiento eléctrico garantiza un mayor confort a altas velocidades en el Porsche 911 Carrera Cabriolet 2020.
Va asegurado en un aro de soporte con forma de U, que queda completamente integrado en la parte trasera cuando se baja y no quita espacio a los asientos de atrás.
Al presionar un botón, el aro se levanta en dos segundos y se desenrolla una malla que se tensa en ángulo recto entre los respaldos de los asientos delanteros, mediante un segundo bastidor móvil.
El deflector de viento puede abrirse y cerrarse hasta una velocidad de 75 millas por hora (120 km/h). Cuando la capota está quitada, garantiza una muy buena protección contra las corrientes de aire y un ruido de viento mínimo.
Todos los elementos básicos del concepto aerodinámico son los fluidos contornos de la superficie de la carrocería, la capota, el alerón trasero de extensión variable y el sistema de refrigeración delantero con sus lamas adaptativas.
El spoiler trasero tiene un ángulo de ataque más grande para adaptarse mejor a las necesidades del Cabriolet.
Las secciones transversales de las tomas y salidas de aire han sido optimizadas para canalizar de forma más efectiva el aire, lo que permite que el 911 Carrera Cabriolet tenga el mismo coeficiente de resistencia aerodinámica que el Coupé (cw 0,30) con el techo cerrado.
El Porsche 911 Carrera S Cabriolet tiene un sistema de protección antivuelco automático, como parte del equipo de seguridad.
Está compuesto por un bastidor autoportante hecho de secciones soldadas de aluminio extruido de alta resistencia. Debido a esa alta resistencia, el bastidor se usa también como refuerzo de la carrocería, para mejorar así la rigidez torsional.
En caso de vuelco inminente, dos módulos antivuelco de nuevo desarrollo y colocados detrás de los asientos traseros se despliegan por la presión de un muelle.
La activación se realiza de forma pirotécnica por un micro generador de gas. Si la capota está cerrada, un pasador de metal de carburo que hay en cada uno de los dos modulos se dispara a través del cristal de seguridad de la ventana trasera.
Es prácticamente imposible que eso ocurra de forma accidental, ya que hay una unidad de control de las bolsas de aire de alta precisión, con un sensor de vuelco integrado que es responsable de la detección, actuación y monitorización continua.
Esta unidad controla cada cambio en la inclinación de la carrocería, la aceleración longitudinal y la transversal, así como el contacto con la carretera.