Dentro de la historia de la marca de Zuffenhausen, sin duda uno de sus autos más significativos e icónicos que han salido de la fábrica es el 959, un superauto de prestaciones muy altas para su época, del cual solo se fabricaron 292 unidades entre 1987 y 1988. Dentro de su producción existió un tiraje muy limitado de una versión enfocada completamente a la velocidad, denominada Porsche 959 S (Sport), del cual únicamente se produjeron 29 ejemplares y uno de ellos pertenece al expiloto de Fórmula 1, Nick Heidfield, quien recientemente colaboró con Porsche Classic para restaurar esta joya automotriz.
Porsche 959 S, una joya clásica invaluable
El 959 S es una pieza pensada y constituida enteramente para la velocidad. De serie el modelo eliminó los cristales eléctricos, los asientos traseros, el sistema de audio, la suspensión adaptativa, el aire acondicionado automático, el sistema de cierre centralizado, e incluso el espejo del lado del pasajero. Además, montaba turbocompresores de mayor tamaño para aumentar la potencia y el rendimiento del modelo. El resultado fue un superdeportivo de apenas 2,976 libras de peso con 500 caballos de fuerza y 414 lb-pie de torque, que podía acelerar de 0 a 62 mph en apenas 3.7 segundos y firmar una velocidad máxima de 210 millas por hora.
Hablando específicamente de la unidad de Nick, nos encontramos con un Porsche 959 S en color blanco que apenas muestra 4,183 kilómetros en su odómetro y en el que el paso del tiempo provocó serios estragos, pues el equipo de Porsche Classic trabajó 3 años en la restauración de dicho vehículo, desde el verano de 2017 y hasta el mes de diciembre de 2021.
De acuerdo con Uwe Makrutzki, jefe de restauración de Porsche Classic, uno de los mayores retos con el auto del expiloto de la máxima categoría, fue el trabajo en el motor, pues el vehículo tiene un kilometraje muy corto para sus más de 30 años de vida, lo que refleja el poco uso que recibió el modelo, dejando daños severos en las piezas lubricadas del motor.
Una cuidadosa restauración a detalle
Con esta restauración, llegó el momento de revisar también es estado de vida de la banda de distribución y el chasis, que con el paso del tiempo puede sufrir desgaste que pondría en riesgo la integridad completa del vehículo. En este apartado Uwe señala que la mejor manera de evitar este desgaste desproporcionado es conducir por un mínimo de 62 millas al mes los vehículos clásicos de la marca.
Tras la renovación completa del apartado estético y del chasis, llegó el momento de renovar el eje central de la potencia de este vehículo; hablamos de los dos enormes turbocompresores, mismos que se reemplazaron por piezas nuevas que revitalizaran la potencia del vehículo y le permitieran a Nick poder pisar el acelerador a fondo y escuchar en acción los 500 caballos de fuerza del vehículo.
Así, Nick por fin podrá volver a casa con su 959 S, después de un arduo trabajo de 3 años, para que el modelo se reencuentre con sus hermanos de firma, un 911 GT2 996 y un Porsche Carrera GT, así como con un Volkswagen Beetle descapotable clásico y un Ford Mustang de 1965, que componen su pequeña pero envidiable colección de autos deportivos.