Es un hecho indiscutible que las minivans son vehículos ideales para la familia y, por ende, deberían ser seguros en todos los aspectos. Sin embargo, esta máxima está lejos de la realidad, de acuerdo con las más recientes pruebas realizadas por el Instituto de Seguridad en Carreteras (IIHS, por sus siglas en inglés), que evaluó las cuatro minivans que actualmente se venden en el mercado, las cuales obtuvieron una calificación aceptable o buena en la prueba de choque frontal de superposición moderada actualizada, pero no sucedió lo mismo con la seguridad de los asientos traseros.
La Chrysler Pacifica, Kia Carnival y Toyota Sienna recibieron una calificación marginal, mientras que la Honda Odyssey obtuvo una calificación deficiente. Además, todas, excepto la Sienna, carecen de recordatorios de cinturón de seguridad para los asientos de la segunda fila, como destacó el IIHS el pasado mes de febrero.
"La seguridad de los asientos traseros es importante para todos los vehículos, pero es especialmente vital para aquellos, como las minivans, que los clientes eligen específicamente para transportar a sus familias", afirmó el presidente del IIHS, David Harkey. "Es decepcionante que los fabricantes de automóviles no hayan actuado con mayor rapidez para aplicar la mejor tecnología disponible a la segunda fila en esta categoría de vehículos".
La segunda fila de asientos no es tan segura como la primera
Como sabemos, el IIHS lanzó la actualización de la prueba de choque frontal de solapamiento moderado el año pasado, luego de investigaciones que revelaron que, en vehículos más nuevos, el riesgo de lesiones fatales es ahora mayor para los ocupantes con cinturón en la segunda fila que para aquellos en la parte delantera.
Esto no se debe a que la segunda fila haya dejado de ser segura. En realidad, el asiento delantero se ha vuelto más seguro gracias a los airbags mejorados y los avanzados cinturones de seguridad que rara vez se encuentran disponibles en la parte trasera.
En la prueba actualizada, se colocó un segundo maniquí en la segunda fila detrás del conductor que en este caso es un crash dummie del tamaño de un hombre adulto promedio. El maniquí trasero tiene el tamaño de una mujer de corta estatura o un niño de 12 años.
Los investigadores del IIHS también desarrollaron nuevas métricas que se centran en las lesiones que con mayor frecuencia se observan en los pasajeros de la parte trasera. Para que un vehículo obtenga una calificación "buena", no debe haber un riesgo excesivo de lesiones en la cabeza, el cuello, el pecho o el muslo, según lo registrado por el maniquí de la segunda fila.
El maniquí debe mantenerse correctamente posicionado durante el choque sin "submarinarse", es decir, sin deslizarse hacia adelante por debajo del cinturón de regazo, lo que aumenta el riesgo de lesiones abdominales. La cabeza también debe mantener una distancia segura del respaldo del asiento delantero y del resto del interior del vehículo, y el cinturón de hombro debe permanecer en el hombro, donde es más efectivo.
Durante el choque, se utiliza un sensor de presión en el torso del maniquí trasero para verificar la posición del cinturón de hombro. Al igual que en la prueba original, la estructura del habitáculo del ocupante debe mantener un espacio de supervivencia adecuado para el conductor, y las mediciones tomadas del maniquí del conductor no deben mostrar un riesgo excesivo de lesiones.
Las evaluaciones de las cuatro minivans probadas
Los cuatro monovolúmenes proporcionan una buena protección en el asiento delantero. Sin embargo, cada uno de ellos presentó múltiples problemas cuando se trata de la segunda fila.
De los cuatro vehículos, solo el Sienna, calificado como marginal, está equipado con pretensores de cinturón y limitadores de fuerza. Sin embargo, durante la prueba, el maniquí en el asiento trasero quedó atrapado por debajo del cinturón de regazo y el cinturón de hombro se deslizó hacia el cuello.
En los otros dos vehículos con calificación marginal, el Carnival y el Pacifica, el cinturón de seguridad ejerció una fuerza excesiva sobre el pecho del maniquí. Además, en el caso del Pacifica, la bolsa de aire lateral no se desplegó durante la prueba. Las fuerzas ejercidas sobre el cuello del maniquí en el asiento trasero estuvieron dentro de límites razonables en el Pacifica y el Sienna, pero fueron considerablemente más altas en el Carnival, lo que aumenta el riesgo de lesiones en la cabeza o el cuello.
En el Odyssey, que recibió una calificación deficiente, las fuerzas en la cabeza y el cuello fueron aún más elevadas, y el video del choque mostró que el cinturón de seguridad trasero permitió que la cabeza del maniquí quedara demasiado cerca del respaldo del asiento delantero, lo que también aumenta el riesgo de lesiones en la cabeza.