Agustín Canapino fue galardonado con el premio Olimpia de Oro 2018 al mejor deportista argentino del año. Foto: Penske Entertainment By Joe Skibinski.

Hablando de Agustín Canapino, nos viene a la mente el tema de que los colores nacionales utilizados en el automovilismo son un aspecto fascinante del deporte motor, que refleja el orgullo y la identidad de los diferentes países. Hasta la década de los 1960, las naciones asociaron colores específicos con sus equipos de carreras, creando un rico tapiz de tonalidades icónicas.

La asociación entre Italia y el color rojo está profundamente arraigada en la herencia del país y simboliza la pasión, la velocidad y el orgullo italiano.

Los autos de carreras alemanes eran blancos, el color del tercer Reich, hasta que en 1934 para ahorrar peso se le quito la pintura a un Mercedes-Benz W10. Al ganar la carrera el auto se bautizó flecha de plata por el color del aluminio. Desde entonces el gris plateado se reconoce como el color de los teutones.

Los coches de carreras británicos lucen un color verde oscuro. Los equipos de carreras japoneses a menudo utilizaban el blanco con detalles en rojo o el icónico símbolo del sol rojo. El azul francés es un tono inconfundible. La historia de los colores nacionales en el automovilismo es un relato cautivador de tradición, identidad y evolución.

El papel de los deportes en la política también ha sido un aspecto importante a lo largo de la historia, con naciones que utilizan los deportes como plataforma para promover sus agendas políticas, relaciones diplomáticas e identidad nacional. La intersección del deporte y la política y la relación entre el deporte y la cultura nacional se pueden observar en varios contextos.

“Juncos-Hollinger es el equipo más pequeño de la parrilla. Todavía no estamos para competir en igualdad de condiciones con Penske, Ganassi, Andretti o Mclaren”, dijo Ricardo Juncos. Foto: Penske Entertainment By John Cote.

Argentina, pasión por el fútbol y algo más

El amor de Argentina por el fútbol está profundamente entrelazado con su identidad y política nacional. El fútbol ocupa un lugar importante en la cultura argentina, y el deporte a menudo se ha utilizado como una herramienta de expresión y movilización política.

Los éxitos de la selección argentina, particularmente en torneos internacionales como la Copa Mundial de la FIFA, han sido fuente de inmenso orgullo y unidad nacional. Los líderes políticos de Argentina han reconocido el poder del deporte para obtener apoyo público y, en ocasiones, se han alineado con sus figuras famosas para ganar influencia política.

Una victoria con los colores nacionales eleva la importancia del deporte dentro de la sociedad y fomenta la pasión entre los jóvenes. El éxito de un equipo nacional también puede generar beneficios económicos, como mayor turismo, oportunidades de patrocinio e inversiones en infraestructura. Además, proporciona una plataforma para mostrar el patrimonio cultural, las tradiciones y los valores de un país a una audiencia mundial.

Agustín Canapino, quien nunca condujo un auto de fórmula (monoplaza), ya demostró que puede adaptarse a las exigencias de las carreras de Indycar. Foto: Juncos Racing A

Agustín Canapino, un novato en las 500 Millas de Indianapolis

En la 107ava edición de las 500 millas de Indianápolis, el auto número 78 lleva los colores de Argentina y presenta las tres estrellas que simbolizan la cantidad de copas del mundo que ha ganado el país. A bordo del Dallara-Chevrolet de Juncos-Hollinger Racing se encuentra Agustín Canapino. Desde el intento de 1923 de Martín "Macoco" Alzaga Unzue y su Bugatti tipo 30, ningún otro corredor de las Pampas ha corrido en el óvalo de dos millas y media.

Canapino fue galardonado con el premio Olimpia de Oro 2018 al mejor deportista argentino del año. Él y Juan Manuel Fangio son los únicos pilotos de carreras en ganar este premio nacional. Empezó a correr a los dieciséis años. Desde entonces, ganó quince campeonatos nacionales, terminó cinco veces como subcampeón y siete veces terminó en tercer lugar al final de los campeonatos. Durante diecisiete años de carreras en Argentina, a veces compitiendo por múltiples títulos durante la misma temporada, es el campeón de campeones.

Su popularidad iguala a la de Jimmy Johnson y Dale Earnhart en USA, en la serie Turismo Carretera. TC es una categoría basada en autos de producción y la categoría de carreras activas más antigua del mundo. Juan Manuel Fangio, Carlos "Lole" Reutemann, José María "Pochito" López y Canapino son los pilotos de carreras argentinos más reconocidos.

Agustín Canapino, un novato en las 500 Millas de Indianapolis. Foto: Penske Entertainment By John Cote

Una oportunidad única para el novato

Le pregunté a Canapino por qué se mudó a Estados Unidos. "Es el mayor desafío de mi vida. Correr entre Castroneves, Dixon y todos los pilotos que son campeones en la serie más competitiva del mundo es una oportunidad a la que no podría decir que no". Agrego: "Poder correr en el icónico óvalo será un gran logro para mí, el equipo y el país".

Ricardo Juncos, dueño del equipo y también argentino, junto con Brad Hollinger, son el equipo más nuevo del paddock. Cuando le pregunte sobre la elección de Canapino para conducir el auto en Indy, me dijo: "Es un verdadero cheval pur-sang (caballo de carreras de raza pura). Tiene la habilidad natural de llevar el auto al límite, y su conocimiento técnico ayuda a todos a hacer los ajustes necesarios para que el auto vaya más rápido".

Agustín Canapino, quien nunca condujo un auto de fórmula (monoplaza), ya demostró que puede adaptarse a las exigencias de las carreras de Indycar.

En la 107ava edición de las 500 millas de Indianápolis, el auto número 78 lleva los colores de Argentina y presenta las tres estrellas que simbolizan la cantidad de copas del mundo que ha ganado el país. Foto: Patagonia Media Solutions C

“Juncos-Hollinger es el equipo más pequeño de la parrilla. Todavía no estamos para competir en igualdad de condiciones con Penske, Ganassi, Andretti o Mclaren”, dijo Ricardo Juncos. "Esos equipos tienen el doble o el triple de la cantidad de personas y fondos para competir por la victoria. Pero independientemente, somos corredores de corazón, dando el ciento diez por ciento a este evento porque la carrera termina en la vuelta 200. Muchas cosas pueden suceder en este abrumador evento".

El domingo, millones de argentinos verán en sus televisores el mayor espectáculo del automovilismo a ocho mil kilómetros de distancia. Con una inflación del noventa por ciento, un gobierno dividido e inestabilidad económica, la nación alentará a la "albiceleste". Esta vez no es Messi sino Canapino el que tiene que hacer lo imposible.

Cruzar la bandera a cuadros en el mid-pack tras treinta y seis juegos de neumáticos y ciento veinticinco galones de combustible vistiendo un traje ignífugo con los mismos colores que la camiseta del equipo de futbol será un triunfo. Y una oportunidad para aprender, enfrentar los desafíos y prepararse para un mejor resultado pronto. Que es lo que el país espera que suceda a corto plazo.

Foto de portada: Patagonia Media Solutions