Elon Musk no solo respaldó abiertamente a Donald Trump durante su campaña presidencial, sino que también contribuyó con una cifra colosal: cerca de $300 millones.
Este respaldo le valió un cargo de alto perfil dentro de la administración del ahora presidente, aunque no estuvo exento de polémicas. Sin embargo, el magnate sudafricano parece haber llegado al límite de su paciencia con una de las medidas insignia del mandato de Trump: los aranceles.
Desde su llegada al poder, Trump implementó una agresiva política de aranceles que no dejó casi ningún país al margen, ni siquiera a los aliados más estrechos de Estados Unidos.
Su estrategia comercial tensó las relaciones internacionales y desató un conflicto económico a escala global. Además, el presidente de Estados Unidos ha insinuado que aún podría elevar los aranceles en ciertos sectores, lo que mantiene la tensión en los mercados.
Aunque esta cuestión de los aranceles ha entrado en una pausa de noventa días, el daño ya está hecho.

Los aranceles, un golpe directo a las finanzas de Musk
El impacto de esta política proteccionista fue inmediato y devastador en los mercados financieros. Las bolsas en todo el mundo sufrieron caídas significativas y, como resultado, la fortuna personal de Elon Musk se desplomó en más de $134,000 millones desde el inicio de la presidencia de Trump.
Esta caída se debe, en gran parte, a la pérdida de valor de las acciones de Tesla, que han retrocedido aproximadamente un 40 % en lo que va de año.
Consciente del efecto que estos aranceles han tenido sobre sus empresas y su fortuna, Musk decidió intervenir directamente. El pasado fin de semana, según reportó el Washington Post, mantuvo una conversación con Trump para rogarle que abandonara sus planes de incrementar aún más los aranceles. Pese a sus esfuerzos, no logró convencerlo.

Elon Musk alza la voz a favor del libre comercio
Trump respondió con un nuevo aumento de aranceles hacia China. Esta decisión encendió aún más la indignación de Musk, quien intensificó su actividad en redes sociales con mensajes en defensa del libre comercio.
En su cuenta personal de X (antes Twitter), donde acumula más de 218 millones de seguidores, Musk compartió un video del economista Milton Friedman, en el que se destacan las ventajas del comercio internacional como herramienta para promover la paz y la prosperidad.
Aprovechó también una videollamada durante el Congreso de la Liga —el partido del italiano Matteo Salvini— para proponer la creación de una zona de libre comercio entre Estados Unidos y Europa.

Una propuesta que también favorece a Europa
Aunque los intereses de Musk se alinean con los de sus compañías, en esta ocasión coinciden también con la postura de la Unión Europea. En respuesta a la aplicación de un nuevo arancel del 25 % sobre productos europeos, Bruselas planteó a Trump una política de aranceles cero mutuos. Sin embargo, el presidente consideró insuficiente esta propuesta y no mostró señales de ceder.
Por ahora, la Casa Blanca no da indicios de cambiar su rumbo, pese a las advertencias de diversos analistas. Los expertos alertan que una política arancelaria tan agresiva podría reactivar la inflación en Estados Unidos y aumentar las posibilidades de una nueva recesión. Además, impactaría de forma directa en el bolsillo del consumidor promedio, elevando el coste de vida.
Aunque muchos estadounidenses optan por marcas locales, gran parte de los productos que consumen se fabrican en el extranjero. Vehículos importados de México y Japón, dispositivos Apple producidos en China, microchips procedentes de Taiwán y zapatillas de moda fabricadas en países asiáticos como Vietnam, Camboya o Indonesia son solo algunos ejemplos de cómo la economía estadounidense depende del comercio global.
Fuente: The Washington Post