Stellantis Norteamérica ha comenzado a comunicar a sus proveedores que asumirá los costos de los nuevos aranceles siempre que estos estén implementando acciones para reducir su exposición.
De acuerdo con fuentes cercanas, la automotriz está evaluando cada solicitud de alivio económico mensualmente y caso por caso, según reportó Crain’s Detroit Business, citado por Automotive News.

Armadoras, obligadas a asumir parte del costo de los aranceles
Desde que la administración Trump impuso un impuesto del 25 % a los vehículos extranjeros, las automotrices han sido reticentes a asumir también los aranceles que recaen sobre las piezas importadas por sus proveedores.
Hasta ahora, Ford y General Motors no han establecido políticas claras al respecto. De hecho, la marca del óvalo pidió recientemente a sus proveedores continuar con los envíos bajo los términos actuales de precio y entrega.
Stellantis evitó hacer declaraciones sobre el tema, al igual que GM y Ford tras ser consultadas por Crain’s.
Los nuevos aranceles del 25 % sobre autopartes —que afectan componentes como motores, transmisiones, sistemas electrónicos, asientos y parabrisas— entrarán en vigor el 3 de mayo.
Sin embargo, las piezas que cumplan con el acuerdo comercial USMCA estarán exentas mientras el Departamento de Comercio crea un sistema para verificar su contenido estadounidense. No hay una fecha definida para ello.

Los aranceles al acero y el aluminio
Al mismo tiempo, muchos fabricantes de componentes también enfrentan los aranceles del 25 % sobre acero y aluminio, vigentes desde el 12 de marzo. A medida que se agote el inventario adquirido antes de estos aranceles, comenzarán a sentir el impacto financiero.
Stellantis, al igual que GM y Ford, ha estado realizando encuestas a sus proveedores para entender el nivel de afectación en su extensa cadena de suministro.
Pero esta ayuda no es incondicional. Los proveedores deben presentar una estrategia clara de mitigación, comprometerse con un plan de ahorro y someter su solicitud a revisión externa. Pese a esto, Stellantis no está incorporando los pagos a sus contratos oficiales, evitando emitir nuevas órdenes de compra que formalicen los reembolsos.

Aún no se sabe cómo enfrentará Stellantis los aranceles
Tampoco está claro cómo afrontará la empresa el incremento de costos. La semana pasada anunció el despido temporal de unos 1,000 empleados en EE. UU. debido al impacto arancelario y comunicó que sus precios preferenciales para empleados se extenderán al público general.
Curiosamente, esta apertura de Stellantis representa un giro inesperado. La automotriz, con sede en Auburn Hills, no era conocida por compartir cargas financieras con proveedores.
Su historial incluye relaciones tensas centradas en la reducción de costos. Sin embargo, tras la salida de Carlos Tavares, ejecutivos de proveedores perciben un cambio de actitud.
Sobre el tema de los aranceles, el punto crítico es que la mayoría de los proveedores no puede absorber un incremento del 25 %, aunque legalmente sean responsables, explicó Daniel Rustmann, abogado especializado en el sector automotor del despacho Butzel.
“Normalmente, los fabricantes trasladan la responsabilidad a los proveedores”, comentó Rustmann. “Pero ahora, dada la magnitud del impacto, estos están respondiendo con firmeza”.
Ser inflexible podría llevar a la quiebra a algunos proveedores, lo que daría como resultado mayores complicaciones para los fabricantes que simplemente cubrir el costo adicional. Aun así, ningún proveedor quiere ser responsable de paralizar una planta, añadió.
Fuente: Automotive News