Nissan ha vivido su peor desempeño financiero en más de veinte años. La automotriz japonesa presentó los resultados del año fiscal 2024, cerrado el 31 de marzo, y como muchos anticipaban, las cifras fueron desalentadoras.
La ganancia operativa se desplomó un 87.7 %, un resultado atribuido a menores volúmenes de venta, una oferta de productos menos rentables, presión sobre los precios y un notable aumento de los costos, según explicó el director financiero Jeremie Papin.
De hecho, solo en reestructuración, la compañía destinó $405 millones, lo que contribuyó significativamente a la pérdida neta de $4,500 millones.

Pese a todo, las ventas de Nissan se mantienen
Curiosamente, el volumen de ventas no fue desastroso. A nivel mundial, las entregas disminuyeron apenas un 2.8 %, principalmente por la caída del 12.2 % en China.
En contraste, Norteamérica registró un alza del 3.3 %. Los ingresos anuales se mantuvieron casi sin cambios, con una ligera baja de menos del 0.5 %. Sin embargo, los costos excesivos han puesto a Nissan contra las cuerdas.
Frente a este panorama, la empresa ya asume que el año fiscal 2025 será de transición. Se espera un leve retroceso en las ventas globales y nuevas pérdidas económicas, aunque aún no se tiene claridad sobre su magnitud.
La situación se complica con la volatilidad de los aranceles internacionales, que podrían costarle a Nissan alrededor de $3,000 millones.

Aun así, la compañía no baja los brazos.
Este plan comienza con una sólida posición de liquidez: la firma dispone de $23,000 millones y $14,200 millones adicionales en líneas de crédito. La primera etapa contempla una fuerte reducción de gastos.
El nuevo CEO de la marca, Iván Espinosa, confirmó que se recortarán 10,000 empleos más, lo que elevará a 20,000 el total de despidos. Este ajuste incluye el cierre de siete plantas, quedando únicamente con diez centros de producción hacia 2027.
El objetivo es optimizar la producción y alcanzar un nivel de uso cercano al 100 %.
En cuanto a nuevos productos, Nissan prevé reducir en un 20 % los costos de ingeniería y simplificar su portafolio en un 70 %. Además, los tiempos de desarrollo se acortarán a 30 meses. Si todo sale como se planea, estas medidas permitirán ahorrar hasta $3,400 millones.

Pero los recortes no bastan
El plan RE: Nissan también contempla maximizar el uso de alianzas estratégicas para responder mejor a las necesidades de mercados clave, además de optimizar la cadena de suministro reduciendo la cantidad de proveedores.
El desarrollo de nuevos vehículos continuará, con énfasis en híbridos y crossovers para Norteamérica. También se confirmó un nuevo modelo Skyline, aunque aún se desconoce si será un sedán, un deportivo estilo GT-R o una mezcla de ambos.
El éxito del plan aún es incierto, especialmente en un contexto global marcado por la inestabilidad comercial. Pero hay dos señales alentadoras: Nissan sigue vendiendo autos y mantiene una posición financiera sólida.
Si el plan se implementa con éxito, la empresa espera volver a generar ganancias en 2026.