Haciendo honor a la cultura de las motos naked (desnudas), la Ducati Streetfighter deja ver sus entrañas: una maraña de tubos que rodean un potente motor desmodrónico L gemelo 1098, el cual produce 155 HP y un torque de 85 libras-pie. Es el mismo motor Testastretta Evoluzione que llevó a Ducati a ganar títulos mundiales de Superstock y Superbike. Esa potencia se maximiza porque sólo debe desplazar 169 kilos de peso en seco (167 en la versión S), por lo que tiene el mejor cociente torque-peso en su clase. El tratamiento S para la Ducati también incluye, como equipo estándar, rines forjados, suspensión Öhlins ajustable y frenos monoblock tipo carrera de Brembo. Ducati sabe que no se trata sólo de músculo, sino de sacarle el máximo provecho a esa fuerza, y por eso instaló en la Streetfighter S el Ducati Data Analyzer y el sistema de control dinámico de tracción (DTC).
El DTC mide el ángulo de inclinación y el diferencial de velocidad entre la rueda trasera y la delantera, a fin de retardar el encendido cuando se detecta un peligroso nivel de giro. Tiene ocho niveles de sensiblidad, cada uno con una progresiva tolerancia al giro. El nivel uno ofrece una tolerancia mucho más alta, para que los pilotos experimentados tengan más espacio de maniobra.
La posición de manejo es más alta que en otras superbikes, pero sigue siendo lo bastante plana para darle al acelerador, lo que mejora el control. El diseño del asiento, los estribos y la ubicación del manubrio maximizan el confort sin perder la sensación de estar montado en una Ducati de alto desempeño.
Entre las opciones adicionales que puedes instalarle se destaca el cambio electrónico de velocidades, el cual permite cambiar de marcha sin usar el embrague ni soltar el acelerador, lo que resulta en que gozas de intervalos de cambio menores.
Sin duda la Streetfighter ha impuesto un nuevo estándar en el mercado para las motocicletas naked, aunque el precio base de alrededor de 15,000 dólares podría no ser tan accesible.