Una fábrica de vehículos puede generar en un solo día una gran cantidad de desperdicios, desde aguas sucias hasta plásticos y metales, pasando por las maderas y cartones que se usan en el embalaje de las piezas. Muchas veces estos materiales terminan en un botadero de basuras a cielo abierto, con la excepción de la planta de General Motors en Fort Wayne, Indiana, donde cada pedazo de basura es reciclado. Con este método la fábrica se convierte en la primera planta de ensamblaje de vehículos que no necesita un basurero. Además, las instalaciones de los proveedores de la marca que abastecen suministros a Fort Wayne, tales como troquelados, motores, transmisiones y otros componentes, nueve de ellos están exentos de basureros.
Reducir el impacto que el centro de manufactura causa en el medio ambiente es una prioridad, tal como explica John Bradburn, gerente de esfuerzos para la reducción de desperdicios de General Motors. “Vemos nuestros esfuerzos de reducción de desperdicios desde una perspectiva macro, no solamente en lo que se refiere a Fort Wayne, sino acerca de la responsabilidad ecológica por toda la huella ambiental, incluyendo la base de suministros”, explica. La planta de ensmable de Fort Wayne obtuvo su distinción esta semana cuando la estación de pintura comenzó a tratar su caudal de aguas servidas. Y como si todo lo anterior no fuera ya lo suficientemente amigable con el medio ambiente, vale la pena mencionar que buena parte de la energía que consume proviene de la combustión del gas metano que se produce en un botadero de basuras cercano al que ya no llegarán sus desperdicios.